El presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), Luis Evelis Andrade, dijo ayer que una marcha de más de 600 aborígenes cumplió el objetivo de ubicar a ocho miembros de la etnia awá asesinados por las Farc en febrero.
"Logramos en ocho días lo que el Estado y sus fuerzas, y otras instituciones no pudieron hacer en casi dos meses", aseguró Andrade al Sistema de Información e Investigación Indígena de Colombia (Sico).
Andrade explicó que la marcha ubicó los cadáveres de los awá y que ahora entregarán la información a las autoridades competentes "para que ellos hagan su trabajo de rescate de los muertos".
El dirigente también reiteró la preocupación de los pueblos indígenas del país porque las Farc cometen "crímenes de guerra, de lesa humanidad" y los justifica "bajo un contexto de guerra".
Consideró que uno de los principales pilares que permitieron los logros de la marcha, iniciada el 23 de marzo, fue la orientación de las autoridades nativas, seguidas por la guardia indígena, al igual que por algo más de 600 aborígenes que decidieron buscar los cuerpos de las víctimas.
Para Andrade, "esta minga humanitaria ha sido un acto de lucha por la memoria, por la verdad, y para romper con la impunidad".
Explicó que su experiencia particular en esta marcha es reconfortante, pero al tiempo, hay un "sentimiento de impotencia, de tristeza, de mucho dolor al ver esta gente indefensa que está siendo asesinada cruelmente" por la guerrilla.
La marcha reportó el martes el hallazgo del octavo cadáver, que estaba en un paraje selvático, con lo que dio por terminada su misión que tuvo como objetivo la búsqueda de unos 17 indígenas asesinados o desaparecidos, entre ellos dos mujeres embarazadas.
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