x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

La reinserción devolvió 150 ciudadanos

25 de noviembre de 2008
bookmark

Hace cinco años, el 25 de noviembre de 2003, un total de 868 miembros del bloque Cacique Nutibara se desmovilizaron y entregaron sus armas en Medellín, en señal de voluntad de paz. Fue la primera estructura de las Auc en abandonar la lucha armada en el país.

En ese grupo estaba Luz Amparo Espinal, quien hizo parte por años de este bloque en el barrio Aranjuez, donde libraron una disputa a sangre y fuego con las milicias de la guerrilla por el control de ese sector de la ciudad.

Ayer, justo cuando se cumplía el quinto aniversario de este primer paso que abrió el camino para la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia, 150 ex integrantes de las autodefensas se graduaban del proceso de reinserción. Luz Amparo fue uno de ellos.

El extinto bloque Cacique Nutibara, que dirigió Diego Fernando Murillo, alias "donBerna", con 48 ex combatientes graduados en la ceremonia realizada en Plaza Mayor, es una de las antiguas estructuras que más personas tiene en el primer grupo que culminó con éxito su proceso de reintegración social y económica.

Ellos fueron beneficiarios del programa de reintegración y recibieron acompañamiento sicológico, educativo y laboral que les permite ahora tener un futuro en la legalidad y sin asistencia económica del Estado.

De allí las palabras del alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo, ayer en Plaza Mayor: "ustedes ya no son reinsertados, son ciudadanos colombianos".

Ya graduada y lista para continuar su proyecto de vida, Luz Amparo recordó que hace cinco años, cuando llegó la hora de desmovilizarse, eran más las dudas que asaltaban a los miembros de su bloque urbano. "No sabíamos que esperar del Gobierno, había cierto temor por nuestro futuro y nuestra seguridad".

Cinco años después, dice estar convencida del acierto de la desmovilización. "antes no tenía sueños, validé el bachillerato, estudio inglés y ahora una técnica en sistemas. Recuperé a mi familia y gracias al trabajo social estoy integrada con mi comunidad", contó Luz Amparo.

El primer paso
El alcalde de Medellín recordó ayer que la desmovilización del bloque Cacique Nutibara fue el primer paso para iniciar un modelo de reintegración que "Medellín se comprometió a apoyar con toda voluntad y sin escatimar recursos".

Según Alonso Salazar, a partir de noviembre de 2004 cuando se empieza a construir el modelo de intervención para la reintegración de los desmovilizados, con un impacto positivo para esta población y Medellín.

"La desmovilización y el programa de reinserción permitió mejorar la seguridad y convivencia, rompió con violencia como modelo para los jóvenes. Y en medio de muchas dificultades del proceso, se impuso la autoridad legal, pues Medellín ya no tiene esa territorialización por grupos ilegales", aseguró Salazar Jaramillo. Además, agregó el mandatario, en estos cinco años, se empezó a "pagar la enorme deuda social del Estado en muchos sectores de la ciudad abandonados".

De acuerdo con el programa de Paz y Reconciliación de Medellín, encargado de ejecutar el modelo de reinserción, de los casi 47 mil desmovilizados que tiene el país, 4.271 adelantan el proceso de reintegración en Medellín.

De ellos, 1.992 que pertenecían a las autodefensas tienen un empleo estable, 3.160 adelantan estudios de primaria, bachillerato, técnicos o de educación superior y 3.473 participantes asisten a las actividades de acompañamiento sicosocial.

La otra cara son los 200 desmovilizados asesinados.

Camino difícil
Pero ni las autoridades ni los reinsertados desconocen las dificultades, problemas y retos de la desmovilización para la ciudad y el país.

Según Jovany Marín, desmovilizado y vocero del bloque Cacique Nutibara y hoy dirigente de la Corporación Democracia, la desmovilización hace cinco años del bloque que él integró fue el impulso y primer activo que se puso para demostrarle al Gobierno y al país la voluntad de paz de las autodefensas.

"Creímos en el Estado y en la sociedad, a pesar de los vacíos jurídicos, porque en esa época no existía la ley de Justicia y Paz, pero había que dar el primer paso. No ha sido un proceso perfecto, pero no hay reversa", dice Marín un lustro después.

Para el vocero de los desmovilizados, el balance positivo ha sido la seguridad que ganó Medellín y la recuperación para la sociedad de cientos de personas, como los 150 graduados de ayer.

Los escollos del proceso, según Marín, han sido "la extradición de Diego Fernando Murillo, el cambio de reglas de juego y en especial, el asesinato de desmovilizados, que criminalizó el proceso por unos pocos que se apartaron del camino".

De cara al futuro, Marín coincide con otras voces que señalan que ahora, el mayor reto del proceso y la sociedad es la reconciliación.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD