Pantera mira fijo con sus ojos verde oliva. Le llama la atención la pluma y decide jugar con ella. En un par de zarpazos la logra sacar del cuaderno y en segundos pierde el interés y se estira contra el sofá. Se alcanza a ver que le falta una pata.
Es uno de los felinos que se han rehabilitado gracias a los cuidados de Juliana Valencia, médica veterinaria de la Clínica del Gato, un centro especializado en el tratamiento y la adopción de estas mascotas.
Juliana es contundente al decir que tener gatos no es solo una manera de garantizar una compañía, remplazar un bebé que no se quiere o se ha podido tener, o premiar a un niño que la pide con insistencia.
Es cuidarlo, incluso, cuando están enfermos, como ha decidido hacer María Nelly Velásquez con Paco, que debe recibir atención, con regularidad, por una insuficiencia renal, Su dueña cuenta que lo recogió en la calle, y a partir de ese momento, lo ha apoyado con un tratamiento para una condición crónica.
Es una responsabilidad, que empieza desde el primer día que llega. Por ello, déle una buena vida.
1. Ámelos profundamente. Si tiene dudas sobre la preferencia por los gatos (u otras mascotas), mejor considere otras opciones que acompañen sus días.
2. No es solo agua y comida. Es pensar que pueden enfermarse, que hay que mantenerlos desparasitados por la salud de los felinos y la suya. Y es darle buena comida (súper premium, ojalá). La de calidad pobre hace que tengan más deposiciones, que les huela la orina más intensamente y que sean obesos.
3. Enséñeles buenos hábitos. La arena, que es el lugar donde ellos hacen sus deposiciones, manténgala limpia (ojalá dos veces al día). Procúreles un espacio para dormir y que tenga en un lugar especial de la casa un rascador para que afilen las uñas.
4. "Como vivo tan ocupado, mejor un gato". No hay que tomarlo tan literal, porque el gato puede pasar todo el día solo y al llegar el dueño, ponerse en modo activo y terminan por no dejar dormir a nadie en la casa. Considere tener dos gatos para que se hagan compañía.
5. Garantice las condiciones del hábitat. Si vive en un edificio alto, tenga mallas. La curiosidad e instinto del felino le pueden causar accidentes y lesiones ortopédicas. Son más frecuentes de lo que se cree.
6. Opte por la castración. Una medida que recomiendan los médicos veterinarios para evitar comportamientos indeseados como que se vuelen, chillen o se orinen. El procedimiento se hace de forma sencilla y es ambulatorio.
7. ¿Quien dijo que no hay que bañarlos? Es simpático el horror que sienten los gatos por el agua, pero al ser mascotas es preciso mantenerlos limpios, ojalá una vez al mes, y córteles las uñas cada diez días.
8. Adopte. Una opción para salvarlos del maltrato. Rehabilitarlos es un acto de amor que trae grandes recompensas y valiosas lecciones.
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