Sin formalismos y con desparpajo, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló las fórmulas con las que el país que gobernó durante 8 años alcanzó una tasa de crecimiento anual del 5,9 por ciento.
El líder regional, invitado especial de la Fundación Éxito para la entrega de la octava edición del Premio por la Nutrición Infantil, le relató a los asistentes los momentos más difíciles de su niñez, con el fin de exponer el programa Hambre Cero.
La iniciativa hoy es referente de desarrollo en América Latina y el mundo por su efectividad a la hora de lograr una distribución más justa de los recursos en el gigante suramericano.
"Yo viví la pobreza en carne propia, y sé lo que es ver a una madre frente al fogón sin saber que le va a dar de comer a sus hijos", dijo el exmandatario, después de relatar cómo sus pies conocieron la dureza de la calle mientras buscaba compradores para ofrecerles naranja, maní o tapioca.
El director del Departamento Nacional de Planeación, Hernando José Gómez, valoró los consejos del otrora mandatario brasileño como fundamentales para Colombia, "el país con la peor distribución del ingreso per cápita de Latinoamérica", según indicó el funcionario.
El programa ejecutado por Lula, cuyas iniciativas fueron en un principio tildadas de asistencialistas y demagógicas, son apreciadas ahora por gobiernos como el colombiano, al punto que el pasado jueves se firmó un tratado de cooperación en la preservación de los recursos naturales y la disminución de los indices de criminalidad.
"Brasil es un socio muy importante para Colombia, y ambos Gobiernos buscan fortalecer las relaciones a nivel comercial, cultural y de buenas prácticas en experiencias de gobernabilidad", manifestó a este diario el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón.
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