El fútbol en Colombia pasa con facilidad del fervor y la alegría a la confrontación y la polémica. La designación de Francisco Maturana como mánager de las selecciones de fútbol en Colombia, un cargo de obligatorio cumplimiento para la Fifa, ha vuelto con su ruido mediático, entre la aceptación y beneplácito y la descalificación. Algunos reconocen la trayectoria del profesor Maturana y ven con buenos ojos la posibilidad de que el balompié colombiano recupere la identidad que lo llevó a dos mundiales consecutivos, de la mano del técnico chocoano. Otros, ya tomaron asiento y son los que rechazan la llamada "rosca paisa", que hizo buenos alumnos y hoy hay una camada de técnicos que defienden la "filosofía Maturana".
Entre ellos está Hernán Darío Bolillo Gómez, que ahora aparece como el más opcionado para dirigir la selección de mayores. Un tema que vuelve a dividir el país. Mala cosa.
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