La vida de Francisco Santos, sin tapujos, con sus principios, sus errores y su desfachatez, en la pluma de Jaime Jaramillo Panesso, saldrá a la venta a partir del lunes, en un libro titulado Rebelde con causa.
Pacho Santos dice que es un texto de sanación, que tiene como propósito mostrarle al país quién es, aunque ello pueda aportarle a sus detractores insumos para atacarlo. “Seguro lo harán. Pero yo lo hago como un acto de honestidad. Esa es mi vida. Quiero que vean el Francisco Santos con sus cualidades, con sus defectos, con su manera de ver la vida, con su historia. La vida mía está en un libro que está a la venta”.
¿Usted dice que salió enfermo de la Vicepresidencia, qué lo aquejaba?
“Uno abandona muchas cosas, esencias, familia, salí perdido, desubicado. Este es un libro, que es un retrato profundo de Francisco Santos, desde un punto de vista descarnado. Cuento mi infancia. Es una reflexión sobre mi vida y una mirada retrospectiva de muchas cosas, desde los castigos en la infancia hasta la bohemia”.
¿Qué tanto se despoja de su autocensura para escribir un libro tan descarnado?
“Es que yo tengo tan poca censura. Me censuro tan poquito y eso es parte de lo que le gusta a la gente de mi personalidad, que soy auténtico”.
Si el paso por la Vicepresidencia lo dejó enfermo, como usted lo afirma, ¿cómo será entonces una eventual Presidencia?
“A mí me sirvió mucho este paso porque me confrontó mucho. Estos son tres años de mirar para dentro. Si yo no hubiera escrito este libro, si yo no hubiera estado en este proceso, no hubiera tenido la fuerza para ser candidato a la Presidencia”.
¿Cómo fue el trabajo con Jaime Jaramillo Panesso?
“Es un ser maravilloso, un buen conversador. Es un alma especial. Es un hombre que no odia y eso me acerca mucho. Yo hablo ahí en el libro del por qué no odio. Yo podría estar lleno de odio y no lo tengo. En el libro relato momentos de desesperación que me llevaron a pensar en el suicido. Y cómo una columna del padre Llano, publicada el domingo en el que planeaba quitarme la vida, me salvó. Era un texto escrito para mí, en el que me decía que solo Dios podía quitarme la vida. Cuando llegó este mensaje, ahí paré. Soy un convencido de que Dios me quería acá, es que yo debía estar muerto: Pablo Escobar se arrepintió de ordenar mi muerte; en el 2000 me salvé de que las Farc me mataran. En fin pasaron tantas cosas, que yo debería estar muerto”.
Usted habla sin reparos y sin ellos habla del presidente Santos en su libro…
“Pero lo hablo más desde lo familiar, desde el origen de dos familias muy distintas. Mi tío era de dedo parado, mi padre era desabrochado, bohemio. Hablo de los almuerzos de mi padre y de cómo Alejandro Obregón me pone el apodo de la Rata Mecánica, de los almuerzos de toreros, de los políticos, de todo eso que, ahora viéndolo en perspectiva, fue lo que me formó y me llevó a tener vocación política, vocación de servicio público. La familia de mi tío se convierte en una familia más de poder y creo que así lo expreso en el libro, que así llega Juan Manuel a la subdirección de El Tiempo, a los ministerios y la Presidencia. Y nosotros, nuestra familia, somos más bacanes, más cercanos, son dos talantes y dos estilos que quedan muy bien reflejados en el libro”.
El País de España habla de cómo entender un país manejado por un Santos y un candidato Santos que puede ser presidente, una especie de “realismo mágico”..
“Yo hablo de eso en el libro, de por qué esta familia ha estado tan involucrada en el servicio público, es bien interesante, porque se remonta a la época de Antonia Santos, y la gente no sabe quién fue mi bisabuelo, y hablo del suicido de mi bisabuelo, hablo de los recuerdos que tengo de Eduardo Santos. Fue una familia que por distintos motivos y de distintas maneras acabó siempre teniendo vocación de servicio público. Siempre creí que el periódico era para eso y la mejor manera de hacerlo era informando bien, haciendo bien las cosas. Cuando al periódico llegaron los de la séptima papeleta, me monté en ese bus y les abrimos espacio”.
Usted que es tan descarnado para hablar, ¿ha calculado qué efecto puede producir este libro en su aspiración presidencial, que utilicen lo que hay allí para atacarlo?
“Estoy seguro de que lo harán. Pero yo lo hago como un acto de honestidad. Es que yo no hago cálculos cuando hago las cosas. No lo he podido hacer nunca. Mucha gente dice, mire mi vida es un libro abierto y no lo era. La vida mía está en un libro que está a la venta. Esa es mi vida. Quiero que vean el Francisco Santos con sus cualidades, con sus defectos, con su manera de ver la vida, con su historia”.
Pero en plena campaña electoral salir con este libro admitiendo errores, desaciertos, posturas cuestionables…
“Eso me muestra tal como soy. Quieránme o no, ese soy. No hay otra opción”.
¿Por qué Uribe se la jugó por el otro Santos?
“Ahí se explica algo de eso. Qué equivocación. Pero lo advertí, quizás me faltó ser más vehemente. Qué engatusada tan verraca la que nos pegaron. Pero sí lo advertí, aunque debo admitir que conversando con el presidente Uribe esta semana, recordamos que él me preguntó si Santos era competente y yo le dije que sí. Ahí nos engañó a todos porque no he visto una incompetencia mayor que la de este Gobierno”.
¿Ahora se va a enmendar ese error con usted con su candidatura?
“Yo no creo que ese tipo de errores se puedan enmendar. Los errores están y hay que aprender de ellos, la vida no es como un escrito que uno borra”.
¿Pero si hay un favoritismo del presidente Uribe en su candidatura?
“¿Ahorita? No, él ha sido muy equilibrado. Muy, muy equilibrado. Yo no sé si de pronto a partir de los últimos días lo sea”.
Pero con el tema de Óscar Iván Zuluaga, en relación al debate con José Obdulio Gaviria por su inclusión en la lista al Senado, se intuye que hay un malestar en ese sentido…
“No, yo les quiero ser sincero. Yo no sé Oscar Iván cómo comete ese error. Ese error le va a costar mucho. Creo que Uribe está muy dolido. Así lo siento. Uribe nos explicó por qué José Obdulio iba en la lista, nos dio todas las razones y lo explicó también públicamente, en un Twitter. Me parece que fue una desautorización pública muy fuerte, de alguien que ya sabía lo que era”.
¿Acaso será un camino para retirar su precandidatura?
“No quiero hacer interpretaciones en ese sentido porque no me queda bien”.
Usted dice que se equivocó Oscar Iván, ¿se equivocó también José Obdulio con las respuestas?
“Yo creo que la batalla política es muy grande. Pero lo primero que quiero decir es que la gente ha sido muy injusta con Jose Obdulio, le han endilgado unas cosas, y le han hecho unas ofensas tan grandes, especialmente la radio bogotana. Entonces entiendo su reacción. Así como es de combativo, no debería caer en esas ofensas”.
No se entiende cómo el expresidente Uribe que quería una lista distinta, y al margen de las razones que pueda tener para incluir a José Obdulio en la lista, ese nombre aporta ruido y polariza, ¿era necesario?
“A Uribe el ruido nunca le ha molestado. No nos digamos mentiras”.
Entonces, ¿es intencional?
“Noooo, no. Pero va con su carácter. Él es un hombre de lealtades férreas y José Obdulio lleva 30 años a su lado”.
Hay errores que se corrigen, pero las encrucijadas en el alma también se resuelven como la de Uribe con usted…
“Sí, yo la tuve. Durante un año estuve pensando si me lanzaba o no, en 2008. Y finalmente la resolví negativamente. Porque el elegido debí ser yo. Es que esta campaña hecha en el 2010 era facilísima, facílisima. Esta es durísima. Pero en realidad no me lancé porque yo no me sentía fuerte en el alma. Yo salí con una luz bajita. Yo salí sin luz”.
Rebelde con Causa, ¿cuál es la causa de este rebelde?
“La libertad. El secuestro me cambió la vida. Sé que va a sonar pedante, pero lo voy a decir: Dios me tiene vivo por algo, soy muy creyente. Creo que el hilo conductor de esto es la defensa de la libertad física, de las libertades públicas que veo en riesgo, inclusive la misma libertad de pensamiento. Yo veo un monstruo ensimismándose en Colombia, que es el mismo monstruo que veo en Venezuela. Analizo situaciones y veo que se van tejiendo cosas por debajo, que van creciendo. Le digo, si Venezuela quiere meterle 500 millones de dólares para cambiar las elecciones en Colombia, se los mete, y se compra 3 o 4 millones de votos. Y yo tengo ese susto. Y en parte, esa es mi batalla”.
Hay una película Kramer vs. Kramer, aquí es Santos vs. Santos, todo por la batalla final…
“Sí la vi. Pero yo nunca voy a bajarme al barro, nunca voy a responderle a los insultos personales. Es más, cuando me mencionaron, y me dolió cuando lo expresaron así, le respondí a Martín (hijo de Juan Manuel), que no se metiera en las peleas de grandes, venía todo un cuento para decirles que no heredaran esas peleas. Esto es un momento, son dos personas, y las familias no tienen por qué padecerlas. A mis hijos les he prohibido que se metan. Mi hija Carmen es amiga de Esteban de toda la vida, del colegio, no quiero que esto los toque. Jamás Juan Manuel va a recibir una ofensa mía, por su familia, ni una caricaturización; jamás el presidente Santos oirá una frase despectiva mía”.
¿Pero él sí lo ha hecho con usted?
“Sí lo ha hecho, pero yo lo veo como una estrategia de campaña y yo no voy a caer en eso”.
¿Ustedes midieron el riesgo de una lista cerrada al Senado, que puede tener efectos contrarios, con candidatos amarrados como José Obdulio, que pueden alejar los votos?
“Si y no. Sí porque va a pasar eso y no porque mucha gente apoya a Uribe. Esta es la primera vez que vamos a tener una elección parlamentaria presidencializada. Vamos a presidencializar una lista en el Congreso. Que la gente decida si quiere a un Uribe peliando desde el Congreso con “Timochenko”. ¿Usted quiere a Uribe defendiendo nuestra integridad territorial?. Es una lista de Uribe”.
¿O sea que usted ve a “Timochenk”o en el Congreso?
“Yo espero que no, pero al paso que el presidente Santos va… Lo veo muy dañino para la democracia”.
¿Qué tal el expresidente Uribe, como presidente del Congreso en 2014, imponiéndole la banda presidencial a Santos, si es reelegido?
“Si ese escenario se da, les soy sincero, no creo que Uribe sea el presidente del Congreso. Ese es el talante del presidente Uribe”.
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