Hace diez años, ¿quién se iba a imaginar a Moravia como es hoy?
-Nooo, nadie, esto por aquí era horrible, la violencia era muy horrible, no hay cuadra por aquí en la que no hubiera habido un muerto, me tocó ver a muchos...
Lo dice Lucila Arango, una señora que hace 35 años reside en este barrio, donde empieza el Nooriente de Medellín, y que ayer se veía feliz con sus amigas y vecinas en la sede social, un moderno edificio inaugurado este año y que se convirtió en centro cultural, de encuentro y de desarrollo comunitario.
Moravia está de fiesta. Desde el pasado martes está celebrando los llamados Días de Moravia, cuyas principales actividades se programaron para ayer y hoy.
Y las fiestas fueron un excelente motivo para retornar a este lugar donde, la verdad, se nota un cambio de demasiados grados, no sabría decir cuántos. Allí todo mejoró, no sólo el ambiente de seguridad que se respira sino también la arquitectura, la transformación urbana que se le ha dado y, por qué no, la calidad de vida.
Paisaje envidiable
La primera cosa que gozan y que antes era una añoranza y casi un ruego, es el transporte. En Moravia, donde no entraban carros, ahora hay un muy organizado servicio de busetas y colectivos. Con razón dice doña Lucila que hay motivos para chicanear.
-Sí, hay mucho qué celebrar, acá estamos a cinco minutos del Centro, yo me voy a La Alpujarra caminando por todo Carabobo y no siento cansancio.
Basta con uno mirar alrededor para notar todo lo que se le olvidó decir: si se mira al oriente, se ven un Jardín Botánico renovado y un Parque Explora de lujo. Al sur, un Parque Norte transformado y rejuvenecido y, el Planetario y el Parque de los Deseos, como centros de diversión y atractivos turísticos. Y todos ahí pegaditos.
Al norte, las vías fueron mejoradas. La quebrada que cruza el barrio, que antes daba problemas, ahora es casi un parque en todo su recorrido, con bancas para descansar y parcharse con los amigos y vecinos.
-Nos vamos a quedar aquí toda la vida-, comenta Rosalba López, una señora feliz con las fiestas y con la vida en comunidad del sector, que mejoró como nunca.
Tantos son los atractivos, que Luz María Henao, una ama de casa de Manrique, llegó a estas fiestas a exponer un trabajo artístico y a compartir con viejas amigas.
-Esto parece otra cosa, antes no se podía venir, pero vea qué lindo...
Parecería un milagro, pero la verdad es que Moravia, en menos de cuatro años, pasó a ser uno de los mejores vivideros de Medellín. Y pese a estar en un sector tan aledaño al Centro, a ratos parece un pueblo, por sus kioscos, por la sencillez de su gente y por la algarabía.
Es el barrio con más vida barrial de Medellín. Por la cantidad de negocios, parece una sucursal de Sanandresito o El Hueco. Por todo eso están de fiesta. Y celebren, que tienen muchos motivos. No paren de gozar la vida.
Pico y Placa Medellín
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