La explosión de una mina antipersonal, que mató a dos niños, de 11 y 15 años de edad, y dejó herido de consideración al padre, llenó de dolor y angustia a los habitantes del municipio de Toledo, en el norte de Antioquia.
El comandante de la IV Brigada del Ejército, el general Alberto José Mejía Ferrero, informó que la acción terrorista, que será denunciada ante tribunales nacionales e internacionales de defensa de derechos humanos, ocurrió a las 5:20 de la tarde de ayer en el sitio El Limón cuando un campesino y sus dos hijos regresaban a su casa en Toledo, después de visitar su finca en zona rural de esa población.
El alto oficial precisó que el hecho ocurrió en un camino real, cerca a la carretera que comunica a Toledo con el corregimiento El Valle.
Las tropas que se encontraban en el lugar, de inmediato, auxiliaron a la familia, pero no pudieron hacer nada por la vida del niño de 11 años, quien murió en el acto, "mientras que al papá y al adolescente de 15 años los llevamos al hospital de Toledo, pero el menor estaba tan mal que murió en el centro asistencial", anotó el general Mejía.
"Fue un ataque aleve contra campesinos humildes, que nada tienen que ver con el conflicto armado", denunció el oficial.
En Toledo sus habitantes indicaron que las víctimas eran de una familia humilde, que vive de su parcela en la que cultivan plátano y yuca y a la que sólo le queda una niña de 14 años.
De los niños manifestaron que estudiaban en la Institución Educativa Jota Emilio Valderrama, de Toledo.
"Uno de los pequeños era muy apreciado y conocido en el pueblo, porque cuando no estaba en clases vivía pendiente de los buses que llegaban al municipio para ayudarles a los viajeros a cargar las maletas", comentó una joven de esa localidad.
Anoche, los médicos del hospital de Toledo trataban de estabilizar al padre, un hombre de 48 años, para trasladarlo a Medellín, porque requiere de atención especializada, por lo delicado de las heridas que sufrió.
Secuestran a dos militares
En un comunicado, la IV Brigada informó anoche, que en el mismo sector donde ocurrió el ataque contra la familia campesina, en horas de la madrugada el frente 36 de las Farc interceptó una camioneta particular en la que se movilizaban de civil, de Toledo hacia El Valle, el cabo tercero José Esteban Coba Teatín y el soldado Fernando Builes Mazo, adscritos al batallón Jorge Eduardo Sánchez, quienes fueron secuestrados.
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