El dulce sabor que tenía la victoria 3-0 de Cali ante Equidad, nuevamente en el estadio de Techo, en Bogotá, terminó siendo una desazón total, una tristeza infinita que representa la eliminación de la fase semifinal de la Liga Postobón en el segundo semestre del año.
Si bien es cierto los vallecaucanos sumaron tres valiosos puntos que les sirvieron para avanzar en la reclasificación, la novena colocación en el torneo finalización puso a penar al actual campeón de la Copa Postobón. Habiendo hecho su trabajo en la capital de la República, los dirigidos por Jaime De la Pava pasaron de la gloria al infierno apenas en un segundo, lo hicieron cuando la tribuna ‘aseguradora’ cantó la anotación que en Magangué Wilson Carpintero había conseguido para Cúcuta, la cual les sacó de la fiesta de fin de año.
El trabajo caleño fue de menos a más a lo largo de los 90 minutos de partido. Comenzaron el compromiso bajos de nota, perdidos, intranquilos en el manejo del balón y viendo como su rival se les fue encima tratando de abrir el marcador a través de Ariel Carreño, Leonardo Castro y Jhon Viáfara, pero pasada la primera media hora se despertaron, reaccionaron gracias a un remate de tiro libre de Martín Morel que desvió bien el arquero Carlos Bejarano.
Aquella acción fue el detonante. Poco a poco, gracias a Andrés Pérez en el mediocampo, fueron ganando espacio, tocando rápidamente para tratar de abrir la defensa bogotana, algo que lograron al minuto 40 cuando Jhonatan Álvarez, aprovechando centro de Elkin Calle, golpeó con la cabeza el esférico para poner el marcador 0-1 a favor de la visita.
Se amplió el marcador, pero vino la tristeza
Todo hacía presagiar que para el periodo complementario Equidad saldría con otro ánimo, con un nuevo aire a buscar la paridad y remontar el marcador. Sin embargo, fueron los visitantes los que mantuvieron su orden, hicieron ver mal a la retaguardia aseguradora y pudieron ampliar la diferencia por intermedio de Diego Álvarez y Martín Morel, ambos con remates de media distancia ante los que no pudo hacer nada Bejarano.
Aproximadamente 700 personas acompañaban a Cali desde la tribuna, la felicidad era notoria, los azucareros manejaban a su antojo el marcador, pero se oyó el grito de gol por parte de algunos hinchas de Equidad celebrando la anotación de Wilson Carpintero, para Cúcuta, frente a Real Cartagena. La tristeza era evidente, caras largas se veían en los jugadores visitantes, los hinchas verdiblancos callaron, mientras que en el banco técnico De la Pava puso las manos en sus bolsillos, alzó la mirada al cielo, respiró profundo y fortaleció su voz de líder para evitar que se bajara el ánimo en sus muchachos.
Tras conocer la noticia, Cali se dedicó a esperar, se cerró bien atrás lo que llevó a Equidad a tomar las riendas del juego a través de Sherman Cárdenas, el local metió a los azucareros en su propio sector, pero al final no pudo vulnerar a la gran figura del encuentro, el portero Juan Castillo.
Pasaron los minutos, vino el segundo gol de Cúcuta y allí todo acabó. Cuando el árbitro Óscar Julián Ruiz dio el pitazo final las miradas de los caleños eran únicamente hacia el piso, los jugadores del banco y el cuerpo técnico brindaban abrazos a los que habían puesto el alma en la cancha. Ya no había nada que hacer, pero todo el esfuerzo que conllevó a la victoria recompensado con un tímido aplauso por parte de sus hinchas, los cuales esperan que el año próximo la suerte sea diferente.
En Equidad, entre tanto, todo era tranquilidad. Si bien es cierto no se jugó bien saben que tienen una semana para recomponer el camino, por lo que únicamente esperan el sorteo de este lunes, en la sede del canal RCN, para definir sus rivales en la siguiente instancia.
