La asamblea conjunta de la Dignidad Cafetera y de la Unidad Agraria Nacional, realizada en Armenia, programó para el próximo 19 de agosto el inicio de un paro nacional agropecuario.
El movimiento, que reúne a cafeteros y a otros sectores del campo, intentará dialogar con el presidente Juan Manuel Santos en las próximas semanas, a la vez que avanza en preparar la protesta.
El vocero del movimiento cafetero en Caldas, Óscar Gutiérrez, señaló que la idea es reunirse con el presidente para manifestarle las inconformidades y la crisis por la que atraviesa el renglón agropecuario y "para que defina qué va a pasar con el sector", comentó el líder al diario La República.
En la reunión de ayer participaron más de 500 caficultores del país, quienes manifestaron su malestar con el pago del auxilio al precio del café o programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC), que insisten en que no le está llegando a todos los cultivadores del grano.
Por eso estiman, de acuerdo con los reportes que ha entregado la Federación Nacional de Cafeteros, que unos 264.000 cafeteros no han recibido el auxilio, muchos de ellos pequeños cultivadores que no tienen cédula cafetera o que no aparecen en las estadísticas del Sistema de Información Cafetera (Sica).
A esto se suma que a partir del lunes pasado la Federación decidió que no se recibirán facturas que superen los 60 días de expedición, medida que no comparte el Movimiento.
A los reclamos de los caficultores se unieron productores de papa, leche, panela, maíz cacao, ganaderos de distintas regiones del país y hasta los transportadores de carga por carretera agremiados a la ATC.
Este gremio, nuevamente, planteó su descontento por el alza fijada por el Gobierno en el precio del galón del acpm para el mes de julio.
Orlando Ramírez, vocero de ATC, indicó a La República que el sector afronta su peor momento porque están trabajando a pérdida y planteó la posibilidad de vincularse a la jornada de paro del agro.
Al conocer la convocatoria de paro, el ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán, consideró que se trata de una protesta injustificada e insistió en que el Gobierno está honrando cada uno de los compromisos adquiridos con los productores del grano y reiteró la disposición al diálogo con los líderes campesinos. "Tenemos voluntad de discutir los problemas pero no aceptamos presiones ni bloqueos".
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