El pasado 25 de octubre, los 10 alcaldes de los municipios del Valle de Aburrá (Medellín, Barbosa, Bello, Caldas, Copacabana, Envigado, Girardota, Itagüí, La Estrella y Sabaneta) suscribieron un acuerdo, por el cual se comprometen a adoptar todas las medidas administrativas para controlar la fabricación, manipulación y quema de pólvora, con miras a prevenir los efectos tan dañinos que esta tiene.
Los responsables municipales informaron que este acuerdo es para desarrollar una campaña “permanente e intensiva”, ya que, con las dramáticas cifras de quemados en los últimos años, nadie puede permanecer inactivo.
Los datos oficiales dicen que Antioquia es el departamento con peores resultados del país: en 2010 hubo 223 casos de quemados con pólvora; 258 en 2011, 244 en 2012, y en lo que va de 2013 (hasta el 10 de noviembre), 40 lesionados.
Y la subregión que más aporta a estas cifras es el Valle de Aburrá con 128 (57%) en 2010, 157 (61%) en 2011 y 165 (68%) en 2012, según datos del Área Metropolitana.
Para mayor inri, de cada cien quemados, 44 son menores de edad, y 54 son personas que observan la quema de pólvora. Año a año, la pesadilla de niños quemados se repite, sin que haya poder humano que logre que la gente tome conciencia del daño irreparable derivado de la irresponsabilidad con juegos pirotécnicos o material de ese que dicen “no hace nada” pero puede acabar con la vida.
Tan conscientes están los gobernantes de que lo de la pólvora no es un mero asunto de ruido y de parranda, que la Gobernación de Antioquia también está convocando a la firma de otro acuerdo, ya de ámbito más amplio, con los demás alcaldes de la región.
Un vistazo a las declaraciones de los alcaldes del Valle de Aburrá publicadas en este diario el pasado domingo, da cuenta de la dispersión de intereses que muchas veces no permite que las medidas municipales vayan más allá de los meros anuncios.
Por ejemplo, en Caldas y La Estrella se permite la fabricación de pólvora. Dice la alcaldesa de este último municipio, que incluso un juez los ampara con tutela. Así las cosas, los demás alcaldes que la prohíben, encuentran que a pocos kilómetros de su jurisdicción, se puede tener acceso a ella.
Cualquiera sabe dónde venden la pólvora. ¿Habrá este año trabajo policial y judicial para controlar que todo se ciña a las reglamentaciones? ¿Qué campañas serán divulgadas? Hasta ahora, nada se ha visto. En cambio, sí es mucho lo que se ha oído: la atronadora explosión de todas las noches. Cada semana hay una “alboradita”, y eso que no se ha producido la peor, el 30 de noviembre. El alcalde de Envigado dijo a El Colombiano que “fuimos el primer municipio en prohibir la pólvora. Y se formó un grupo especial de la Policía para enfrentar el tema”. La continua explosión de tacos y voladores en Envigado indica que el decreto es el gran rey de burlas de 2013.
El Área Metropolitana ha alertado sobre los efectos de la pólvora en los animales, principalmente perros y aves. Los que queman pólvora nunca piensan en ellos. Como tampoco piensan en los bebés, en los niños pequeños que sufren con el estallido de todas las noches en esta época.
Si los alcaldes, con el vital apoyo y compromiso de la Policía, cumplen su deber y ejecutan el pacto, podrán reclamar el reconocimiento ciudadano a su autoridad legítima. Si se limitan a firmar decretos para no hacerlos cumplir, confiando en la sola eficacia simbólica de las normas, serán, una vez más, simples observadores de cómo nadie respeta su investidura.
AUNQUE LA PÓLVORA ES UN TEMA CULTURAL, DEBEMOS ASUMIR SU USO CON SEGURIDAD
Por BR. GRAL. JOSÉ ÁNGEL MENDOZA
Comandante Policía Metropolitana del Valle de Aburrá
La pólvora es un tema cultural, en nuestro medio se usa para celebrar. No se prohíbe la producción de pólvora, lo que no es válido es hacerlo en cualquier lugar, sin seguridad industrial, sin evitar accidentes. También es necesario controlar la distribución indiscriminada. Se puede vender a entidades que trabajan en espectáculos pirotécnicos con idoneidad, de manera profesional. Cuando se vende a cualquier ciudadano para que se ponga solo a estallar voladores o cohetes en medio de tragos, se propician serias dificultades para que la gente no pase Navidad y Año Nuevo tranquila en casa sino tal vez hospitalizada.
Tenemos que asumir la cultura de que debe ser manejada por profesionales. Si eso hacemos, podremos llegar al 15 de enero mostrándole al país que Medellín se sintonizó con la seguridad en temas de pólvora. Si no pasa eso, sin importar los controles que haga la Policía Nacional, vamos a tener serias dificultades y una Medellín que fue trágica y que tuvo familias con problemas.
Vamos a trabajar de frente en los temas de incautaciones y en evitar que haya producción ilícita. Sí pedimos la colaboración ciudadana en informar cuando se vean sitios de acopio o de producción de pólvora que no llenen las condiciones de seguridad.