El hombre pasa toda su vida en un proceso continuo de aprendizaje y la formación de postgrado es el último escalón dentro de la educación formal, que cada vez exige profesionales con mayores habilidades y destrezas para hacer frente a la sociedad de la información, en la que el conocimiento se transforma de una forma veloz.
Los estudios de postgrados, que incluyen especializaciones, maestrías y doctorados, buscan en el individuo el desarrollo de competencias más específicas para adelantar tareas cada vez más complejas que se generan en las diferentes actividades humanas, como explica Javier Antonio Gutiérrez, director académico del CES.
"La concepción de la educación ha cambiado, hoy no se busca que el estudiante a través de su vida escolar y universitaria adquiera muchos conocimientos. Se busca a través de todo este recorrido por las aulas que adquiera habilidades de aprendizaje permanente, de comunicación, de colaboración y capacidades para comprender y enfrentar los cambios acelerados que se dan en la sociedad. Ello exige, entonces, la creación de espacios en los cuales el individuo encuentre posibilidades para continuar su proceso de aprendizaje, dando respuesta a las necesidades cambiantes de su entorno y de su actividad laboral", explica Gutiérrez.
Dentro de este panorama
El aporte fundamental de la formación de postgrado es que mantiene al profesional en disposición de seguir aprendiendo. Carlos Alberto Palacio, jefe de Humanidades de la Institución Universitaria de Envigado, explica que durante este proceso las personas pueden interactuar con profesionales y conocimientos de otras áreas del saber, lo que contribuye a su formación integral.
"El conocimiento se está produciendo en los límites o fronteras entre los campos del saber tradicionales, por lo que se necesitan profesionales aptos para trabajar desde la interdisciplinariedad", explica Palacio.
Mientras que las especializaciones buscan fortalecer las competencias técnicas, las maestrías y doctorados pretenden incrementar las capacidades del individuo para la generación de nuevo conocimiento a través de la investigación. Lo ideal, según Javier Gutiérrez, es que "la estructura curricular de los programas de postgrado sea actualizada continuamente, los profesores que participan en ellos deben ser, más que transmisores de conocimiento, acompañantes y guías de un proceso autoformativo que se da por la motivación particular de cada estudiante".
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