El anuncio lo hizo la Universidad de Harvard la semana pasada: el proyecto de transformación urbanística en Santo Domingo Savio fue elegido este año como el ganador de la décima edición del premio Veronica Rudge Green Prize en diseño urbano, que otorga esta institución estadounidense.
Un primer lugar que también compartió el Metro de Oporto, diseño de Eduardo Soto Moura, quien es premio Pritzker (equivalente al Nobel para los arquitectos).
La buena nueva que recibieron Margarita Ángel, actual gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) de Medellín, y el arquitecto urbanista Alejandro Echeverri Restrepo, la dio Rahoul Menotta, presidente del jurado del premio que está integrado por los más prestigiosos arquitectos urbanistas del mundo.
El galardón se otorgó a la intervención urbanística que se realizó en Santo Domingo Savio, comuna Nororiental.
En entrevista con El Colombiano, Alejandro Echeverri Restrepo, quien fuera el gerente de la EDU y luego el director de proyectos urbanos de esta entidad durante la alcaldía de Sergio Fajardo, cuenta cómo fue el proceso, la importancia de este premio y lo que le espera a la ciudad.
¿Qué es lo que más le impactó a la U. de Harvard?
Realmente lo que más le interesó a Harvard fue la apuesta integral de transformar una zona de la ciudad con muchísimos problemas estructurales, pero donde no se da un proyecto sino un conjunto de proyectos y de programas que transforman la piel del barrio y la calidad de vida de la gente. Para nosotros las estaciones del metrocable, que eran un proceso que ya venía, nos sirvieron como magnetos de donde se articula toda la intervención. Lo que hicimos fue utilizar el proceso de transformación en los alrededores: los sistemas urbanos, calles, equipamientos, bibliotecas, colegios. Esto tiene trabajo social, de comunicación pública, temas jurídicos, arquitectónicos, es una transformación holística. Lo que premiaron fue toda la intervención urbanística".
¿De dónde nace la idea?
Debo contextualizar. En la universidad, que en ese momento era la UPB, empecé con una serie de colegas a trabajar mucho en temas de ciudad. Nos preocupaban las zonas más críticas. Para poder comprender y estudiar a Medellín me fui a estudiar a Barcelona, una de las ciudades que había logrado transformar sus zonas marginales, al lado de un experto urbanista como Joan Busquets. Cuando regresé montamos en la UPB un taller muy bonito que se llamó el Taller de Estudios y Proyectos del Norte. Aquí fue cuando una de las personas, Carlos Montoya, y otros muchos muchachos que después llegaron a la Alcaldía se fueron formando desde una investigación académica en torno a las comunas de Medellín. Cuando Sergio Fajardo estaba organizando su propuesta de gobierno y su equipo, nos llamó a Carlos y a mí para que le ayudáramos a formular parte del programa de urbanismo para su gobierno. Formamos una serie de equipos técnicos interdisciplinarios con muchas de estas personas que veníamos investigando y trabajando este tema de los barrios y otras personas que estaban en la EDU. Este es el marco del Proyecto Urbano Integral (PUI). Realmente ha sido el modelo más completo de intervención urbanística que se ha hecho en una zona marginal de Medellín. Después surgió el proyecto de las escaleras eléctricas en la Comuna 13".
En Urbam, donde es director, trabajan el urbanismo social. ¿En qué consiste?
Este proyecto hace parte de una narrativa que la ciudad de Medellín ha empezado a construir desde hace algunos años. Es un poco una apuesta con decisión pública y política, donde también la academia y el sector privado han estado muy metidos en tratar de transformar y de hacer grandes inversiones de la mejor calidad en las zonas más pobres y críticas de la ciudad. Ahí, el urbanismo y la arquitectura han sido instrumento, no terminan de solucionar todo pero es uno de los instrumentos más potentes. De ahí surge la idea que nosotros definimos en el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad de Eafit como urbanismo social, del cual este Proyecto urbano integral (PUI) hace parte. Los PUI definen una metodología muy precisa de procesos de participación comunitaria, de obras muy pequeñitas que se complementan con obras grandes, de temas de movilidad, accesibilidad, hábitat. Es muy importante que esta ciudad siga construyendo esta línea porque es apenas el inicio del proceso".
Es un modelo que ha generado orgullo. ¿Pero qué pasa con otras zonas de la ciudad?
"La realidad es que las ciudades nuestras tienen un rezago histórico inmenso en términos de equidad. Nosotros tenemos unos proyectos estructurales muy grandes y de muchos años, y no se puede pensar que con proyectos de cuatro o seis años se van a solucionar los problemas. El 40 por ciento de esta ciudad está en zonas complejísimas con problemas de marginalidad, servicios, equipamientos. Las ciudades nuestras tienen una segregación muy grande. Por eso digo que esta es una narrativa que la ciudad ha empezado a construir. Ha Empezado".
¿Los proyectos han continuado o se pararon?
"(...) La ciudad y la Alcaldía están continuando con una serie de proyectos importantes como el del río, por ejemplo, pero en este tema que es tan central para generar procesos de equidad y de transformación social me parece que se está disminuyendo la prelación. Creo que este premio debe servir para hacer un llamado de atención porque realmente son metodologías muy importantes que la ciudad ha desarrollado que deberían continuar con mayor fuerza y vigor. Creo que uno de los mensajes más importantes de este premio es que no podemos pensar que la tarea está hecha en Medellín. Al contrario, este un principio. Lo más triste sería que estos proyectos se pararan. Si los Proyectos Urbanos Integrales no tienen continuidad a 15 o 20 años más, entonces lo que se hizo en Santo Domingo Savio servirá pero muy poquito. Estos procesos en las ciudades son muy frágiles y lo más importante es la continuidad en estas políticas y programas. Esto no quiere decir que se deban hacer iguales, pueden evolucionar, cambiar; las personas no tienen que ser las mismas, pero hay que entender la esencia. Nuestra obsesión en Urbam es ayudar a continuar esta historia".
¿Cómo es la Medellín que usted sueña?
"Sueño una ciudad mucho más integrada, en donde el verde, los parques y las quebradas sean accesibles a mucha gente. Una de las cosas bellas de Medellín es la riqueza natural. Sueño con una ciudad donde la dignidad sea un elemento central sobre todo en las zonas pobres y marginales de la ciudad. Que exista una posibilidad de desarrollo y de calidad de vida buena en la ciudad completa. Es un poco utópico, pero que sea mucho más equitativa. Y que tengamos una sociedad mucho más cohesionada".
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