La reforma a la salud resolverá la discusión sobre si el Estado debe fijar o no las tarifas en el sector.
En el articulado se contempla especificar un tope de valor a los medicamentos. El límite de dinero se aplicará a los servicios médicos básicos, por ejemplo, el costo del procedimiento para una apendicitis.
En el registro de precios no se contemplará los sueldos de los especialistas. Por ahora, los pagos a los trabajadores de la salud no se han regulado en la reforma, solamente, los productos y servicios se han controlado.
En los artículos también se contempla crear un área de gestión sanitaria, en la que existirán unas administradoras, que conformarán las redes prestadoras de servicio. Las dirigentes estarán encargadas de la red de atención básica y gestionarán riesgo en las redes especializadas y especiales. El Gobierno le entregará la lista tarifaría a las gestoras, para que compren los servicios a un mismo precio.
El principal inconveniente de esta propuesta es la presión hacia el Estado que puedan ejercer las gestoras, para aumentar los precios de los servicios. “Me da temor que todos los años se presione al Estado para que aumente de manera sustancial el tope”, afirmó el ministro de Salud, Alejandro Gaviria,
El texto de la reforma se radicará el martes de la próxima semana. El Ministro afirmó que solo falta el capítulo de transición y la lectura por la Secretaría Jurídica de la Presidencia.
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