Una buena noticia en medio de tantas desgracias. La General Motors anunció que va a dejar de producir un monstruo fabricado en sus talleres: un campero 4X4 lleno de lujos extravagantes, sediento de gasolina, diseñado a partir de un vehículo militar usado por Estados Unidos en la guerra de Irak. El carro se volvió famoso después de que la gente lo vio en las imágenes de CNN atravesando el desierto como si fuera una lancha surcando el mar. Luego apareció en varias películas y desde entonces, en las grandes capitales del mundo, es el carro preferido de los nuevos ricos, los raperos, los mafiosos recién llegados al negocio y las putas caras de Hollywood.
Su nombre -Hummer- se convirtió en el símbolo de los peores excesos de Occidente. La versión original nació en la década de 1980 en los talleres de una división de la American Motors dedicada a fabricar vehículos de guerra, la misma que concibió el legendario Jeep usado en la Segunda Guerra Mundial. El Hummer, también llamado Humvee, sustituyó al Jeep y fue probado con éxito en las campañas militares de USA en Panamá y África. En 1990, dos Hummer lograron atravesar sin contratiempos una enorme región boscosa de la Unión Soviética donde no había carreteras. Esa historia y las imágenes de la primera guerra del Golfo Pérsico fueron usadas como propaganda encubierta por American Motors para lanzar en 1992 una "versión civil", bautizada H1, similar al modelo militar, pero que incluía interiores de lujo.
El Hummer tiene cerca de 400 caballos de fuerza, pesa casi 3 toneladas, vale entre 30 y 64 mil dólares en Estados Unidos, consume 25 litros cada 100 kilómetros y emite de 7 a 10 toneladas de gas de efecto invernadero cada año. Estas cualidades lo convirtieron en uno de los carros más contaminantes del mundo. Sin embargo, cuando fue lanzado el modelo H1, miles de personas acudieron en masa a comprarlo. Uno de los primeros clientes de esta máquina desproporcionada fue el gobernador de California Arnold Schwarzenegger, quien dijo haberse enamorado de ella después de usarla en la película "Kindergarden". Luego se enamoraron los raperos, los mafiosos rusos, Jennifer López, los Beverly ricos. El H1 ganó su primer Oscar cuando apareció en "Jurassic Park" y, más tarde, en múltiples videos de rap. Después del atentado a las torres gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre, cada millonario gringo quería tener un Hummer en su garaje.
La leyenda del Hummer empezó a derrumbarse en la guerra de Irak. Desde que el ejército de Estados Unidos desplegó más de 100 mil carros de combate en Afganistán e Irak, a partir de 2003, la resistencia árabe los convirtió en trampas mortales con sus bombas. Muchos de los soldados que han caído en la guerra han muerto aprisionados en estos ataúdes de acero. La Secretaría de Defensa ordenó aumentar su blindaje pero los nuevos modelos resultaron tan pesados que se hundían en la arena. Por eso hoy el ejército norteamericano está buscando un sustituto más liviano, más resistente a las bombas, con suspensiones reforzadas y motor híbrido.
Los excesos del Hummer fueron los causantes de su perdición. Debido al éxito en sus ventas, en 1998, la General Motors decidió comprar la marca y equipó el H1 con un motor turbodiesel V8 de 6 litros. En 2002 lanzó el modelo H2, más parecido a un vehículo deportivo. En 2005 lanzó el H3, un modelo más pequeño. El año pasado suspendió la producción del modelo H1 porque ya no era rentable. Las ventas del H3 se elevaron a 70 mil unidades en Estados Unidos. También crecieron en forma desmesurada en más de 30 países. En los últimos seis años, GM vendió más de 250 mil modelos H2 y H3. Hace cuatro años, el Hummer se empezó a ensamblar en la planta de Avtotor, en Rusia, y hace dos en las fábricas de GM en Sudáfrica. De allí se exportan a Europa, Australia, Oriente Medio y Japón. En el mundo hay 300 concesionarios de Hummer en 34 países diferentes.
La vida está llena de paradojas. Cuando las ventas del H3 estaban disparadas en el mundo, el alza de los precios de la gasolina, una de cuyas causas es la guerra de Irak, hizo bajar sus ventas en Estados Unidos en un 30%. Además, el calentamiento de la Tierra causado por los gases de efecto invernadero puso el Hummer en la mira de los ecologistas y, con toda razón, lo convirtió en una especie de bestia apocalíptica. Debido a estas críticas, Arnold Schwarzenegger tuvo que renunciar a sus Hummer. Los nuevos precios del petróleo golpearon este año hasta los bolsillos de los millonarios y las estrellas de Hollywood. Por eso los Hummer se volvieron un encarte para sus dueños. A fines de 2006, la marca se convirtió en la que mayores pérdidas le causó a General Motors. La empresa se vio obligada a suspender su producción y poner en venta al mejor postor su línea de ensamble y sus patentes. Lo mismo ha hecho con otras de sus marcas de vehículos todo terreno y familiares de gran tamaño. GM también decidió el cierre de cuatro de sus plantas de USA, donde trabajan cerca de 10 mil obreros. Con esa medida espera dejar de perder unos mil millones de dólares al año. Esta semana, los dueños de GM acariciaban el sueño de vender la marca Hummer a una ensambladora china.
Los hombres creamos nuestros propios monstruos. Creo que el Hummer es uno de ellos. Por eso no me duele que desaparezca una bestia de esa clase y que con él desaparezca lo que simboliza: las máquinas depredadoras que envenenan el aire que respiramos; el uso abusivo del petróleo; la ostentación humillante del lujo en un mundo donde mueren de hambre millones de personas; el empleo malvado de la inteligencia y de la tecnología de punta por parte de los poderosos de la Tierra para saciar sus ansias de dominio, así sea sembrando a su paso la guerra, el odio, la muerte.
Los hombres también somos tercos: los Hummer se siguen vendiendo en Colombia y en Estados Unidos. Ayer leí estos avisos en uno de los tantos mercados libres de Internet: "Hummer monstro súper gigante. Música. Luces. MP3. Nueva". Fue vendida en Valle del Cauca por 350 millones de pesos. "Hummer H2 usada. Alarma con control, rines de lujo, luces exploradoras, mata burros, seguros eléctricos, sun roof, blindaje nivel III y placas de Bogotá". Fue vendida por una empresa de blindaje de carros por 280 millones de pesos. También leí una noticia en un diario de USA: en San Louis, en el Estado de Missouri, el mayor revendedor de H1 Hummer nuevos y usados del mundo y uno de los dos últimos concesionarios de esta clase de carros en ese país dijo al periódico: "Aunque la fábrica cierre las puertas, probablemente nosotros seremos los últimos en ofrecer sus piezas y servicios".
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