Mi columna "Todo pecado empieza siendo de pensamiento" (El Colombiano 25/VII/2007), pecó por no verificación de la fuente de la información e insuficiente cuidado y ponderación al hacer las afirmaciones. Como dicha columna no hace honor a la realidad, es mi deber rectificar. Ofrezco excusas a quienes con ella se les perjudicó.
En dos ocasiones anteriores presenté retractación, ampliamente difundidas en los periódicos El Tiempo (XII/28/2011), El Mundo (III/9/2013) y El Colombiano (III/25/2013). Lo propio hice en estrados judiciales, explicando que las afirmaciones a las que se refiere el artículo son erróneas y falsas y por tanto constituyen injuria o calumnia. En dicha columna manifesté: "¿Por qué van ciertos colombianos a aquelarres como los de Quito? ¿Será que se les cae un diente y el ratón Miguelito les pone los pasajes debajo de la almohada? ¡No… Van porque pertenecen a la cofradía universal del terrorismo, interactúan con sus colegas del mundo" y aludí a que se apoyaba la combinación de todas las formas de lucha.
Con la información que poseo hoy sobre las circunstancias en que se dieron los hechos de la participación en el foro de Quito, puedo afirmar que las tres instituciones sindicales, esto es, SINTRAEMCALI, SINTRAUNICOL Y SINTRATELÉFONOS no suscribieron la declaración final, no apoyan la combinación de todas las formas de lucha y no hacen parte de organizaciones al margen de la ley o que apoyan el terrorismo.
Ofrezco sinceras excusas y pido humildemente perdón por los perjuicios que mis afirmaciones en la mencionada columna en la sección de opinión de este diario ocasionó a los miembros y representantes de las respetables organizaciones sindicales SINTRAEMCALI, SINTRAUNICOL Y SINTRATELÉFONOS y explícitamente expreso arrepentimiento.
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