Rusia cortó el suministro de gas a Ucrania ayer y se negó a aceptar la oferta ucraniana de pagar parte de su multimillonaria deuda y exigió el pago por adelantado para futuras entregas. La decisión, que ocurre en momentos de gran tensión en el oriente de Ucrania, provocó declaraciones fuertes de ambas partes pero no afectó de inmediato el flujo crucial de gas ruso a Europa. Ucrania tiene reservas suficientes para llegar hasta diciembre, según el director de su compañía estatal de gas, Naftogaz.
No obstante, la medida tomada por Rusia podría desestabilizar a largo plazo el suministro de gas a Europa si no se resuelve el asunto, dijeron analistas. Disputas previas sobre el mismo asunto dejaron a Ucrania y algunas naciones de los Balcanes temblando de frío durante casi dos semanas en el invierno.
El conflicto sobre el gas es parte de una disputa más amplia sobre si Ucrania se alínea con Rusia o con la Unión Europea y llega en medio de una crisis en las relaciones entre ambas naciones después de la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en marzo. Ucrania acusa a Rusia de apoyar a una insurgencia separatista en sus regiones orientales, lo que Rusia niega.
Mientras tanto, el presidente de Ucrania dijo el lunes que propondrá esta semana un plan de paz detallado que incluye un cese al fuego con los rebeldes separatistas. Pero antes que eso ocurra las fuerzas armadas gubernamentales deben asegurar el control sobre la porosa frontera de Ucrania con Rusia, señaló el presidente Petro Poroshenko en una reunión de su consejo nacional de seguridad.
Tan pronto como esté cerrada la frontera podemos declarar de inmediato un cese al fuego, hacerlo antes sería irresponsable, comentó el mandatario.
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