Cuando se dio cuenta, ya el computador era arrastrado por el agua que, de una, inundó la sala y siguió su camino rumbo a las piezas y los demas sectores de la casa.
Su primer impulso fue llorar, al ver que muchos de sus enseres quedaban inservibles en fracción de segundos.
Noelia García, no entendía en ese momento, por qué la naturaleza la había tocado. Una leve reacción, y el grito pidiéndole ayuda a los vecinos para que llamaran a su esposo Fernando Gallego y le avisaran a sus hijos Juan David y Santiago.
Le había tocado vivir esos primeros minutos en completa soledad. Luego vino la tranquilidad, al verse rodeada de su esposo, sus hijos y algunos de los vecinos, que no habían sido tocados por la inundación, fruto de un fuerte aguacero, acompañado de granizada y todo.
"Cuando vi el computador que se lo llevaba el agua, lo único que hice fue llorar. Cuando pasé el susto salí a pedirle ayuda a los vecinos y que llamaran a mi esposo. Pero esto fue horrible. A eso de las 2:30 de la tarde, esto parecía una quebrada", dice Noelía García, mientras con enorme tristeza, observa la lavadora y la nevera, cubiertas por el barro.
El reporte desalentador de Hernán Darío Cardona, secretario de educación de Guarne, municipio que sufrió las causas del vendaval y director del Clopad, fue de 40 viviendas afectadas por la inundación en el área urbana e igual número en la parte rural. En total, 80 familias damnificadas.
"En estos momentos, en conjunto con la Defensa Civil y la Policía, estamos evaluando los daños, para ver en qué forma se les puede ayudar", manifestó Cardona.
15 familias del barrio La Candelaria fueron las mayores afectadas y las que requirieron de una gran ayuda para la limpieza de las casas y de enseres como muebles y tapetes.
"Todo lo que daba con el piso se dañó. Mucha comida principalmente. Esta es la segunda vez que nos ocurre. Hace tres años también nos inundamos, aunque no en las mismas proporciones de ahora. En esta oportunidad los daños fueron mayores, principalmente en los electrodomésticos", manifestó Fernando Gallego, a quien se le hizo largo el trayecto desde la Fábrica Nacional de Chocolates donde trabaja hasta su casa en Guarne.
"Cuando recibí la llamada, uno se imagina de todo, mucho más con mi esposa que estaba sola. Por fortuna no hubo desgracias humanas".
Para Fernando, una de las causas de la inundación pudo haber sido que una quebrada, El Aguacate, que está en la parte de arriba de la urbanización, se desbordó y causó los estragos ya conocidos.
Para vecinos y habitantes de La Candelaria pudo ser mayor la tragedia, porque fue espantosa la forma como cayó granizó y después como se vino el lodo encima de las casas. Menos mal que anoche, a eso de las 8:00, la mayoría de los perjudicados, ya tenían habitables sus viviendas.
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