El Gobierno suspendió la entrega de ayudas a damnificados por el invierno, por la corrupción detectada en algunos departamentos.
No puede suceder que el esfuerzo fiscal que se hace para atender a los campesinos que resultaron afectados por las fuertes lluvias, unos 40 mil millones de pesos, se queden en manos de los corruptos, pero tampoco que la ayuda se suspenda por un mal que es ajeno a los propios damnificados y que debe investigarse y sancionarse.
Con la corrupción en torno a la entrega de esas ayudas se lesionan a miles de familias que necesitan urgentemente estos recursos, pues durante la ola invernal lo perdieron todo.
De ahí el compromiso que se exige a alcaldes y gobernadores para reanudar estas entregas y que a la cárcel vayan a dar todos los corruptos.
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