El caso de un joven de 17 años que tomó como rehenes a 20 niños en una guardería en Francia es claro síntoma de que algo, y no muy bueno, está pasando con los jóvenes, no solo en Colombia, sino en todo el mundo.
¿Qué puede estar pasando por la mente de un adolescente que es capaz de poner en peligro su vida y la de un grupo de indefensos infantes y poner en estado de alerta máxima a todo un país?
Los hechos ocurridos en Besançon, al este de Francia, se repiten con frecuencia en otras latitudes y, entonces, es urgente hacer una reflexión a fondo de cuál es el papel de los adultos en la formación de los jóvenes.
El hecho de que no se hubiera presentado un desenlace trágico en la guardería y todos los niños y su profesora salieran bien, no significa que la situación del joven con desequilibrios sicológicos no conlleve una tragedia.
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