Suena el pito y si acaso se alcanzan a bajar de los carros chocones, cuando ya están haciendo fila. Son tres niños y es la tercera o cuarta vez que se montan. Más allá está María Mercedes Botero que le grita a su hijo: "¡En el 14!", que porque hay unos más veloces que otros.
Las vacaciones son para divertirse sin importar si llueve o hace sol, si hay que mojarse, tirarse al suelo o subir varias escaleras para deslizarse por "los glaciares del Polo Norte", como dice la descripción de la atracción Polar del Parque Norte.
Los niños corren, repiten, gritan hasta quedarse sin voz y van de atracción en atracción, como si cansarse estuviese prohibido. Las mamás, mientras tanto, se emocionan mirándolos o conversan con otra.
Alejandra Montoya y Sonia Ayala están sentadas, sin recostarse en el espaldar de la silla, que está ocupado por la ropa de los niños. Y es que según explicaron, sus hijos, y hasta los amiguitos que los acompañan, se montaron como "20 veces" en Viaje al centro de la tierra, donde en un momento del recorrido, chocan con el agua y terminan "empapados".
En lo que todos coinciden es que las vacaciones son para divertirse y hasta tarde. A las nueve u once inician algunos, y la hora de terminar, podría ser, mínimo, a las cinco de la tarde. Y llegan temprano porque "por las tardes está lloviendo", dice Alejandra. Y en efecto, llovió, y aunque se cierran algunas atracciones, los niños siguen jugando, como si nada.
Estos días para padres e hijos, que no se van para otros lugares, la opción es un recorrido por Medellín. "El Parque Explora, el Museo de Arte Moderno, las bibliotecas... La lista de cosas por hacer la dejé en mi casa", cuenta María Mercedes.
Los niños tienen claro qué les gusta. Daniel Valderrama, de cinco años, va recitando: "Montar en los carros chocones, en el autobus movible...".
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4