La carrera por la presidencia de Venezuela, cuyas elecciones serán en el mes de octubre, entra hoy en su recta final, cuando el presidente Hugo Chávez inscriba oficialmente su candidatura, en un multitudinario acto en el cual planea reaparecer en público.
Henrique Capriles, el joven candidato de la oposición, delegó a principios de la semana anterior su cargo como gobernador de Miranda y ayer realizó su inscripción con una marcha que terminó en la sede del Consejo Nacional Electoral, ubicada en el centro de Caracas.
De esta manera, tomándole un pulso a las calles de la capital, ambos candidatos enfilan hacia las semanas finales de la carrera presidencial venezolana, que sigue matizada por los crecientes rumores del agravamiento de la salud del presidente Chávez, por las denuncias de manipulación y utilización de recursos públicos para su campaña y por evidentes presiones y amenazas a la prensa.
Las dudas y conjeturas sobre el estado físico de Chávez se podrán aclarar hoy cuando el militar retirado, de 57 años, salga a las calles de Caracas, a tratar de emular lo que el joven Capriles hizo en la jornada de ayer: recorrer a pie más de 10 kilómetros rodeado de sus seguidores.
El hermetismo sobre la salud del Presidente y su ausencia en los actos oficiales del gobierno y de su campaña, han prendido las alarmas entre sus más cercanos seguidores, quienes han tenido que utilizar videos, fotografías y alocuciones para forzar la presencia de su líder ante la gente.
Pero las críticas de la oposición a la candidatura de Chávez van más allá de la presencia física del candidato. Siguen saliendo a la luz pública denuncias sobre utilización del aparato militar y de los cuantiosos recursos del petróleo para el beneficio electoral del actual presidente.
Lejos de disminuir, la actitud descarada del chavismo para la utilización de recursos públicos para beneficios electorales de su jefe es cada vez más evidente. Alzas desorbitadas en los salarios, subsidios para muchos bienes de consumo, viviendas gratuitas y muchas promesas imposibles de cumplir son algunas de las estrategias de la campaña oficial.
Otro aspecto que empaña la carrera presidencial venezolana son las crecientes tensiones contra los medios de comunicación. Reporteros sin Fronteras ha venido denunciando ataques e intimidaciones a medios que han sido duros con el Gobierno de Chávez.
Hernrique Capriles se mantiene al margen de estas críticas y fundamenta su campaña en el trabajo sin descanso con las comunidades y en la vitalidad de su juventud y de sus ideas de cambio. Derrotar la corrupción y lograr la transformación que no ha tenido Venezuela en 13 años de gobierno chavista son las promesas de un opositor que cada vez gana más adeptos.
Se viene la recta final. Serán cuatro meses de tensiones y carreras. Los organismos internacionales deberán estar muy atentos a lo que suceda en el vecino país en materia de democracia, respeto por los derechos humanos y por la libertad de prensa.
Venezuela está en un momento crucial de su historia. De lo que decidan los electores en las urnas dependerá su futuro. Veremos si es más fuerte el anhelo de cambio y de transparencia o si seguirá al frente un régimen como el de Chávez que abusando de los millonarios recursos del petróleo y de un gobierno dictatorial, hostil y corrupto, ha llevado al vecino país a una crisis social y económica sin precedentes.
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