El gobierno venezolano busca alternativas para frenar el aumento en el costo de la vida y la última propuesta del regateo para evitar el aumento de precios, que presentó el ministro de Agricultura, Elías Jaua, ha tenido toda clase de reacciones.
Todo comenzó cuando en un programa radial el ministro Jaua propuso a los consumidores que asumieran una posición más activa en defensa de su ingreso que ayude a evitar que los precios sigan subiendo, a través de regatear en el momento de hacer la compra.
Aunque en todas partes se está hablando de esta propuesta, casi nadie la ve viable y el tema ha servido incluso para hacer bromas en la calle y hasta un caricaturista tomó la idea para mostrar a un venezolano regateando con el presidente Hugo Chávez sobre el tiempo en que va a permanecer en el primer cargo de la Nación.
Sin embargo, algunas personas se ponen muy serias frente a la iniciativa y dicen que es el resultado del desespero del gobierno frente a los pobres resultados en materia de inflación.
Los usuarios no se ven en las tiendas llegando a un acuerdo para fijar el precio de los productos que van a llevar a casa y los representantes de los comercios formales tampoco se visualizan en esa tarea, por el contrario insisten en que cobran lo razonable de acuerdo a los costos operativos y el valor real de los productos.
Además, y en esto coinciden casi todos, el arte de regatear para lograr un buen precio se da precisamente en una economía de mercado y cuando la oferta es amplia. Sólo así se puede ofrecer y escoger, y no es ese el caso en Venezuela en estos momentos, donde aún hay escasez de algunos rubros.
El presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, Roberto León Parilli, le dijo a un diario local que en el caso venezolano "con un mercado deprimido y en el que la demanda sobrepasa la oferta, es muy difícil conseguir rebajas"
El economista José Guerra escribió que sin incentivos no hay producción y que eso lo desconocen los ministros, algunos de los cuales piensan que "la buena voluntad es sustituta de políticas públicas apropiadas". Hasta ahora esa buena voluntad no da resultados si en el mercado no hay suficientes productos, tampoco las medidas que se han adoptado.
El resultado de la inflación durante el primer semestre (15,1 por ciento) preocupa al gobierno porque se aleja de la meta para el año de 19,5 por ciento, la cual, por cierto, ya fue modificada. Por eso el comité para la coordinación macroeconómica, compuesta por dos ministerios económicos y el Banco Central de Venezuela, estudia alternativas para frenar el ritmo en el aumento del costo de vida.
Mejorar la producción de alimentos es prioridad en una nueva agenda, teniendo en cuenta que la inflación en el sector llegó a 49,6 por ciento en el semestre y que es la que más golpea a los pobres.
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