El recibimiento de Los viajes del viento en el festival de cine más prestigioso del mundo fue mayor del que esperaban el director Ciro Guerra y el resto del equipo de la película que viajó a Cannes.
Partieron de Colombia confiados en que agradarían al exigente público de Cannes con este road movie ambientado en el Caribe, y lograron mucho más que eso.
Por ejemplo, que en lugar de una se hicieran dos funciones (a las 11:00 a.m. y a las 4:00 p.m., hora de Francia), para un total de 2.400 espectadores, lo que no es habitual en este certamen.
O que el encargado de recibir a los invitados y presentar el filme fuera el mismísimo director del Festival de Cannes, Tierry Frémaux.
"Fue muy importante para nosotros porque es como un espaldarazo. Cuando él está presente en las proyecciones es un respaldo muy importante del Festival", comentó en entrevista telefónica desde Francia, Cristina Gallego, esposa de Ciro y una de las productoras de la película.
Pero lo más emocionante, sin duda, fueron los diez minutos de aplausos al final de cada proyección.
"Casi todos se quedaron a que rodaran los créditos de la película, que duran cinco minutos, y un tiempo más. Fue un aplauso sostenido", relató Cristina, quien habló desde el restaurante donde anoche celebró el equipo colombiano de 50 personas. "Ciro se fue a acostar porque tiene que levantarse muy temprano", dijo.
Agregó que "fue muy bonito todo, porque además Marciano Martínez, el protagonista, acababa de llegar de Colombia porque tuvo un retraso en el vuelo, se alcanzó a cambiar, cogió el acordeón y tocó una canción antes y después de la película. Toda la gente aplaudía y aplaudía al ritmo de la música".
Por parte de los periodistas e invitados los primeros comentarios fueron positivos. Una reportera francesa le comentó a Cristina que al ver la película sintió como si estuviera en Colombia. Realmente se conectaron con el país, su geografía y su cultura, anotó la esposa de Ciro.
La cinta, que todavía está en cartelera, compite con otras veinte producciones internacionales en la sección Una cierta mirada.
"Sabemos que la película fue ovación total, pero el premio es supremamente difícil. El premio, para nosotros, es estar en Cannes y que después de 11 años Colombia esté en el festival".
Esa última vez fue con La vendedora de rosas, de Víctor Gaviria, que competía por la Palma de Oro.
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