En el hogar de Jairo Patiño lo que sobra es la fe. La irradian el jugador de Nacional, su esposa y sus tres hijos.
Luego de mitigar la tristeza que le produjo la decisión de realizarle una artroscopia (el próximo martes) para corregir su problema de rodilla, el mediocampista echó mano de toda su valentía y confianza en Dios a la espera de que la recuperación sea lo antes posible. A juzgar por la resonancia magnética que le hicieron, mucha parte de su rodilla está en buen estado y solo resta conocer la realidad del ligamento cruzado.
De acuerdo con el ortopedista Wiston Tobón, la incapacidad será de seis meses, período que puede ser menor. Solo después de la intervención se conocerá el tiempo real.
En 12 años de carrera, esta es la lesión más grave que ha sufrido Patiño, quien lamenta que haya sido en este club al que regresó ilusionado de volver a ayudar a salir campeón, y no poder responder como quería a las necesidades del cuerpo técnico.
El tratamiento que se proyectó para tres meses buscaba evitar la cirugía. A esta altura (dos meses) las molestias deberían desaparecer, pero no sucedió así. Cuenta el médico Tobón que en el pasado esta técnica se utilizó con Juan Pablo Ángel e Iván Hurtado, con buenos resultados. Pero Patiño no se salvó del quirófano porque sigue con un dolor en la parte posterior de la rodilla.
El popular Viejo Patiño, quien alcanzó a jugar tres partidos en el presente semestre con los verdes, asegura que la lesión no puede atribuirse a que hubo apresuramiento al utilizarlo. "Si fuera una contractura muscular o un desgarro tendría dudas, pero esto es un problema óseo, algo normal en un deporte de contacto".
A sus 31 años de edad, con dos temporadas más de contrato con Nacional, confía en recuperarse pronto para aportar el fútbol, la experiencia y el liderazgo que el Rey de Copas necesita para acercarse a la idea futbolística de Ramón Cabrero, que tenía a Patiño como hombre orquesta.
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