A Juan Manuel Ruiz le hubiera gustado ser Camilo, el personaje de su nueva novela, Tormenta en el Mississipi, por esa vida tan rápida, con ese amor tan intenso, tan bonito, tan tormentoso. Le hubiera gustado porque "uno como escritor escribe de lo que ve y vivió, y también de lo que desearía vivir".
En el texto se siente que el autor es periodista...
"Creo que es inevitable. He ejercido durante mucho tiempo el periodismo y para poder realizar el libro tuve, a pesar de que es completamente ficción, una metodología periodística en cuanto a la redacción de datos y a haber estado allí, en Nueva Orleans. Creo que en este tipo de producciones es inevitable que el periodismo deje una huella o haga un aporte a la narración".
Tercera novela, ¿cuándo decide ser escritor?
"Siempre estuvo en mí latente la vocación y la pasión por la escritura. Tengo incluso poemas y cuentos escritos desde que tenía 16 años. Luego me vinculé activamente al periodismo, pero siempre fue una asignatura pendiente. En algún momento dado, cuando comienzo a escribir El sepulturero por allá en 2004, es la toma de decisión de dejar de pensar en esa vocación tardía y convertirla en realidad".
¿Y los poemas qué?
"Realmente, no. Yo creo que uno a los 18 años perpetra poesía y muy pronto descubrí que no era por ahí, que no me sentía a gusto con el género, en cambio siempre me he sentido bien narrando historias, tanto como lo hago verbalmente como periodista radial, y por escrito".
¿De dónde sale la historia de la novela?
"A mí se me ocurre hace tiempo, cuando estaba en Nueva Orleans, poca semanas antes de la catástrofe del Katrina. Empecé a trabajar con mucha dedicación y disciplina, una historia en la cual le pudiera rendir un homenaje a la ciudad y después se presentó la tragedia y con ella vinieron a profundizarse aún más las preocupaciones y las inquietudes sobre lo que yo podría hacer. Entonces digamos que tenía una cantidad de historias sueltas, en papelitos, en libretas que yo había anotado y me salió la novela, que no es necesariamente un homenaje a Nueva Orleáns como tal, sino más bien a la tormenta que uno lleva adentro".
¿Hay una reflexión del amor y de los medios?
"La hubo más sobre el amor, que sobre los medios, porque te confieso que sobre los medios me quedé corto. Creo que voy a dedicar otra novela, porque ha sido una queja que me dicen 'hermano, iba a denunciar muchas cosas sobre los medios y no lo hizo'. En esta oportunidad era más una reflexión sobre la tormenta del alma, sobre la intensidad de los amores, de las historias, sobre lo inesperado del amor, de los acontecimientos".
Si en esta novela hay personajes de la anterior, ¿hay que leerla también?
"Te cuento que a partir de Tormenta quiero hacer una saga. Esto me lo han sugerido lectores y editores. Ciudad Adrenalina es el punto de partida, pero creo que ni Camilo ni Oxana terminan ahí".
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