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Crecen investigaciones por licencias irregulares

Supertransporte abrió 70 procesos a centros de enseñanza en 2020, 69 casos más que un año atrás.

  • Expertos piden examen estatal antes de conceder las licencias. FOTO Robinson Sáenz Vargas
    Expertos piden examen estatal antes de conceder las licencias. FOTO Robinson Sáenz Vargas
15 de enero de 2021
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Gildardo Giraldo era un pensionado de 68 años que se dedicaba a la cerrajería en el barrio la Maruchenga, del municipio de Bello (Antioquia). El 2 de enero de 2018, se desplazaba desde su taller hacia Barrio Nuevo para cumplir con uno de sus trabajos.

Sin embargo, nunca pudo llegar a la cita puesto que un motociclista lo arrolló y le quitó la vida cuando se disponía a cruzar la calle en una esquina de su barrio que -según relató María Hermelina Rincón, su viuda- siempre ha sido muy peligrosa para los peatones.

Luego de iniciar las acciones legales, la familia de Gildardo pudo corroborar que quien manejaba la motocicleta era un joven de 17 años, que según la información recopilada por los días del accidente, ni siquiera contaba con los documentos que le acreditaran como un conductor con pleno conocimiento de las señales y normas de tránsito.

De acuerdo con el testimonio de Hermelina Rincón, basado en las versiones de quienes atestiguaron el hecho, el motociclista apareció en la vía a gran velocidad y sin precaución alguna cuando su esposo apenas había dado dos pasos sobre la calle, entonces lo impactó y “nos dicen que voló por la calle, era un conductor imprudente”, exclamó.

Han pasado tres años desde la partida de Gildardo y su familia sigue esperando justicia, aunque una de las grandes moralejas en este caso, es el peligro que representan los conductores irregulares, quienes obtienen una licencia sin tomar las horas de curso exigidas por la ley antes de manipular un automotor en las vías.

Por ello, en 2020, la Superintendencia de Transporte abrió un total de 70 investigaciones entre los 530 Centros de Enseñanza Automovilística (CEA) -habilitados por el Ministerio de Transporte en Colombia- a raíz de la entrega de licencias a estudiantes inasistentes, quienes no cumplen con las horas de instrucción exigidas antes de tomar un vehículo o una motocicleta.

De acuerdo con Camilo Pabón, superintendente de Transporte, esas aperturas derivaron en 12 sanciones, cifra idéntica a la obtenida en 2019 por la misma conducta irregular, aunque ese año, solo se abrió una investigación.

Lo anterior indica que los intentos por saltarse el tiempo de formación continúan presentándose en el territorio nacional, a pesar de que uno de los propósitos al habilitar el Sistema de Control y Vigilancia en Línea (Sicov), en 2017, era precisamente combatir la tasa de accidentalidad asociada a la falta de pericia y conocimiento.

Los hallazgos

De acuerdo con el superintendente, “en un comparativo entre 2019 y 2020, los operadores homologados del Sicov identificaron de forma más recurrente este tipo de inconsistencias y además, más variedades de la misma”.

Tal como se había establecido en 2017, con la entrada en vigencia del Sicov, las escuelas de conducción debieron reemplazar -con lectores biométricos de huellas- las planillas físicas en las que firmaban sus alumnos al tomar cada clase.

Así, la idea era evitar las irregularidades en los procesos formativos cuando los aspirantes buscaban saltarse las horas de instrucción y adelantaban firmas en planillas futuras.

Conforme a las recientes investigaciones de la Superintendencia de Transporte, para burlar los dispositivos biométricos, se estaban estampando las huellas dactilares en parafina y de esa forma se certificaban los aspirantes inasistentes.

Los riesgos

La Agencia Nacional de Seguridad Vial le confirmó a EL COLOMBIANO que, el 40 % de los 180.373 accidentes en las vías del país en 2019, involucra a conductores 'novel', cuyas licencias cuentan con menos de tres años de antigüedad.

En ese orden de ideas, Darío Hidalgo, especialista en temas de movilidad y seguridad vial, insistió en qué debería pensarse en un examen estatal orientado a corroborar las verdaderas capacidades de un aspirante antes de obtener el pase. En ello coincidió la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Voz del gremio

“Cómo se dice en Colombia: hecha la ley, hecha la trampa”, comentó Andrés Medina, coordinador del CEA Condubello, al recordar que, desde 2017, a todas la escuelas se les exigió formar a los aspirantes a través de clases teóricas y prácticas, algo que, según resaltó, no pasaba antes de ese año.

“Tristemente, no todo el mundo está a favor de las normas y los mismos estudiantes llegan con ese apego al viejo sistema, cuando la licencia se expedía solo al entregar el dinero”, enfatizó.

Sin embargo, desde su óptica, los alumnos que incurren en estas irregularidades “pueden perder su dinero porque, aunque les ofrezcan el cielo y la tierra, al final solo les estregan una lámina que no se ve reflejada ante el Ministerio de Transporte ni en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), en donde se tiene la validez completa sobre la licencia de conducción”

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