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Gobierno de Bolsonaro, al filo por manejo del virus

La remoción de seis ministros y la renuncia de los comandantes de la Fuerza Pública tienen al presidente de Brasil contra las cuerdas.

  • Jair Bolsonaro sale a sus declaraciones a medios sin mascarilla, en un intento por deslegitimar el discurso de especialistas que piden una mayor prevención para evitar los contagios de coronavirus, que ya tienen en jaque al sistema de salud brasileño. FOTO Getty
    Jair Bolsonaro sale a sus declaraciones a medios sin mascarilla, en un intento por deslegitimar el discurso de especialistas que piden una mayor prevención para evitar los contagios de coronavirus, que ya tienen en jaque al sistema de salud brasileño. FOTO Getty
31 de marzo de 2021
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Es conocido que aunque los militares no hagan parte de los poderes públicos y estén aparentemente apartados de las decisiones políticas de sus países, los mandatarios siguen en sus puestos siempre y cuando tengan el aval de los cuarteles, y esto es algo que estará por verse en Brasil, donde una remezón ministerial dejó sin cabeza a las tres fuerzas armadas.

Los generales Edson Pujol del Ejército, Ilques Barbosa de la Armada y Antonio Carlo Bermúdez de la Fuerza Aérea dimitieron de sus cargos luego de que el ministro de Defensa, Fernando Azevedo, fuera removido este martes, lo que deja a Brasil sin comandantes de sus fuerzas de forma simultánea, un hecho inédito en su historia.

De momento, el ministro Azevedo fue reemplazado por el general Walter Braga Netto, quien ejercía como ministro de la Presidencia. Y los sucesores de los tres líderes militares serán seleccionados por el presidente Jair Bolsonaro de una lista que le debe enviar cada rama de las Fuerzas Armadas. La tradición exige que el mandatario nombre a los generales de mayor edad.

Los motivos

La crisis provocada por el coronavirus en el vecino país es insostenible, durante todos los días de esta semana el récord de muertos registrados supera los 3.700 y las camas de hospitalización y de cuidado intensivo están colapsadas en todos los estados. 317.646 personas han muerto debido al virus en Brasil desde que comenzó la pandemia, y más de 12,6 millones han sido diagnosticadas con covid-19.

Cifras que han obligado a los gobernadores a tomar medidas estrictas de confinamiento, que a su vez, como es natural, golpean la economía.

Por eso Bolsonaro ha estado en contra de todas las medidas de prevención, incluso el uso de mascarilla, y ha advertido que todos los brasileños deben volver a su trabajo por las buenas o tendrá que utilizar al que llamó “su ejército”.

Y agregó que “ninguna Nación se sostiene por mucho tiempo con este tipo de políticas. Y lo que realmente queremos es volver a la normalidad lo antes posible. Buscando medidas para combatir la pandemia, como lo hemos hecho con el tema de las vacunas”.

Posición que se enfrenta a la del ministro de Salud, Marcelo Queiroga, quien ha pedido a todos las personas que mantengan el distanciamiento social si no quieren morir a causa del virus.

Todo este tire y afloje en el gobierno hizo que Bolsonaro decidiera sacar a seis de sus ministros, en un afán de ganar legitimidad (ver Paréntesis).

Y es que precisamente los comandantes militares se habían convertido en una piedra en el zapato para el presidente, pese a que seis de los miembros de su gabinete son militares.

Por ejemplo, el general Pujol había criticado el manejo que el Ejecutivo le ha dado a la pandemia, e incluso en un evento se negó a darle la mano a Bolsonaro, y en cambio le extendió el codo, un saludo adquirido por mandatario en todo el mundo para prevenir el contagio.

“No queremos ser parte de la política, mucho menos dejarla entrar en nuestros cuarteles”, había advertido el comandante del Ejército, postura que no fue bien recibida en el Gobierno.

Lo más probable, de acuerdo con analistas citados por agencias de noticias, es que la salida de los tres comandantes no caldeará el ambiente entre los militares y podrá ayudar a Bolsonaro a mejorar su narrativa, ya que en su mayoría se han sentido respaldados por el Gobierno.

La Corte Suprema podría tomar cartas en el asunto, ya que, tras su renuncia, Azevedo habló con su presidente, el juez Luiz Fux, quien se mostró preocupado por la politización de las Fuerzas Armadas.

Piden juicio político

Toda esta situación fue aprovechada por la oposición, cuyos líderes presentaron ayer, en la Cámara de Diputados, otra solicitud de juicio político en contra del presidente Bolsonaro.

Los parlamentarios señalan que el jefe de Estado violó siete normas previstas en la ley que tipifican los delitos de responsabilidad, tales como intentar el libre ejercicio del Poder Judicial, Legislativo y Estatal; intentar subvertir el orden político y social por medios violentos; incitar al personal militar a la desobediencia; y provocar animosidad entre las clases armadas, tal como reseñó el diario Globo.

Según la solicitud, al promover el intercambio de mando del Ministerio de Defensa y de todas las Fuerzas Armadas, el “Presidente de la República parece tener la intención de utilizar a las autoridades bajo su supervisión inmediata para, literalmente, el abuso de poder, o tolerar que estas autoridades lo practiquen sin represión por su parte”.

La solicitud quedó en manos del presidente de la Cámara, Arthur Lira (de centro derecha), quien deberá decidir si la acepta o no.

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militares hacen parte del gabinete de Jair Bolsonaro. No cambia con remezón
3.700
muertes diarias en promedio registró Brasil esta semana por covid-19.

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