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La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió ayer de emergencia con su similar francés, Francois Hollande, en Berlín, para discutir con la mayor diligencia posible salidas a la crisis migratoria que golpea al viejo continente y que cada vez deja consecuencias más nefastas.
Solo este fin de semana, indignación mundial suscitó el ataque en Heidenau, Alemania, a un centro de acogida de refugiados por parte de un grupo de neonazis, que resultó en la estructura incendiada casi en su totalidad aunque, por fortuna, sin muertes.
Se trata de un mensaje de los extremistas contra la prevista política conjunta de asilo que propone Merkel para Europa (incluida Italia y Grecia), por lo que la mandataria no dudo en responder en rueda de prensa tras reunirse con Hollande. “Los centros de acogida deben abrirse este año y sin dilaciones”, afirmó.
Sus palabras fueron secundadas por el mandatario francés: “Esos centros son muy necesarios y deberán tener la misión de preseleccionar a quienes tienen opciones de recibir asilo y devolver de inmediato a sus países a quienes no cumplen los requisitos para obtener asilo”.
En medio de la irracionalidad que parece engullir a Europa, palabras decididas y llamados a la cordura fueron la respuesta de la líder más importante del viejo continente.
“Es repugnante la forma como ultraderechistas y neonazis buscan difundir sus mensajes de odio alrededor del hogar de refugiados y es vergonzoso el que ciudadanos y hasta familias con niños los apoyen marchando con ellos”, aseguró.
Hollande, por su parte, instó a “poner en marcha un sistema unificado de derecho de asilo en la UE, ante esta situación excepcional que va a durar”, palabras que secundó Merkel.
Consultado por EL COLOMBIANO, Santiago Silva, politólogo y docente de la Universidad Eafit, consideró que el plan de los líderes europeos de “apostarle a la construcción de centros de acogida de inmigrantes es un signo de sensatez que entra al debate. La postura solo centrada en seguridad fronteriza ha demostrado no funcionar, aún contando con muchos recursos”.
Silva calificó además de oportuna la política, ya que “detrás de las tensiones que siguen aumentando en los países a los que se dirigen estos migrantes hay un oportunismo de políticos que refuerzan los miedos y los prejuicios que hay en torno al tema y que lo muestran como una amenaza. Afortunadamente, la condena de Merkel y de la mayoría de la sociedad alemana también aísla a este extremismo”.