Las negaciones y luego su silencio no tuvieron resultados: la presión aumentó el miércoles sobre Joe Biden para responder a las acusaciones de una mujer que afirma que la agredió sexualmente en la década de 1990, algunos incluso lo llamaron a retirarse de la carrera por la Casa Blanca.
Tara Reade: el nombre de su acusadora aparece en la parte superior de la cuenta de la red Twitter del administrador de campaña de Donald Trump, que busca ser reelegido en noviembre.
El equipo del multimillonario republicano, acusado por varias mujeres de acoso y abusos sexuales en los últimos años, ataca a Biden y sus partidarios al usar palabras particularmente embarazosas. Las del propio exvicepresidente de Barack Obama, quien dijo, y repitió, que “se necesita valor para denunciar una agresión sexual”, llamando a escuchar a las víctimas.
Lea también: Hillary Clinton se une a Joe Biden en la carrera a la Casa Blanca
Excepto que frente a Tara Reade, el candidato demócrata a la Casa Blanca contrapone un llamativo silencio, mientras que su equipo solo ha esbozado una negación firme a mediados de abril, a lo que ella se ha referido directamente desde entonces.
No hay preguntas al respecto en las entrevistas que Joe Biden, de 77 años, da desde su casa en Delaware, donde está confinado debido al coronavirus. Tampoco ninguna mención de sus principales partidarios que participan en mesas redondas para apoyarlo, incluido uno centrado, el martes ... solamente en temas referidos a mujeres.
Pero a lo largo de las publicaciones, las serias acusaciones de Reade han llamado la atención de los medios durante una semana, y están ensordeciendo cada vez más los mensajes positivos que el equipo de Biden está tratando de transmitir, como la próxima selección de su compañero para ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, en caso de victoria ante Trump.
Tara Reade, de 56 años, acusa a Joe Biden de haberla agredido sexualmente en agosto de 1993, cuando él era senador y ella trabajaba para su equipo en Washington.
Ella afirma haber estado a solas con él en esa época en los pasillos del Congreso. Sin un “intercambio de palabras”, dijo por primera vez en una transmisión de podcast el 25 de marzo, “me puso contra la pared” y “me penetró con los dedos” mientras la besaba. Luego le habría preguntado si quería ir a otro sitio. Al verla alterada y ante negativa a ir más allá, le habría dicho “Vamos, escuché que te gusto”, y luego habría tratado de tranquilizarla al decirle y no insistir: “Bueno, ve”.
Le puede interesar: La pandemia debilita a Trump y redefine el camino para la Casa Blanca
Desde entonces, repitió estas mismas acusaciones a varios medios y presentó un informe a la policía de Washington a principios de abril, sin mencionar el nombre de Joe Biden, según los medios estadounidenses.