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Wikileaks desnuda nuevas técnicas de hackeo de la CIA
La agencia tendría capacidad de controlar cualquier aparato conectado a internet. Assange amenaza con nuevos informes.
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La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos vuelve a estar bajo la palestra por sus prácticas de hackeo. FOTO reuters
08 de marzo de 2017
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Según el fundador de Wikileaks, Julian Assange, una nueva gran filtración de su organización confirma las herramientas secretas que estaría empleando la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) para ingresar a teléfonos móviles, aplicaciones y otros dispositivos electrónicos, incluidos televisores, con el fin de tomar el control de estos.
De acuerdo con el documento revelado por Wikileaks, la CIA, en cooperación con otras agencias de inteligencia estadounidenses y extranjeras, tiene capacidad de descifrar la encriptación de aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Telegram y Signal.
Por ejemplo, detalló Assange, agentes estadounidenses y británicos habían desarrollado maneras de tomar el control de un televisor inteligente de Samsung, haciendo que pareciera que estaba apagado cuando estaba grabando conversaciones en una habitación.
Aunque Assange insistió en la legitimidad de la información publicada, y dijo que era la primera de una serie de publicaciones sobre la “entera capacidad de hackeo” de la agencia de inteligencia, el portavoz de la CIA, Jonathan Liu, afirmó en un comunicado que “no comentamos la autenticidad o el contenido de supuestos documentos de inteligencia”.
Para John Marulanda, consultor en seguridad internacional, lo que diga Assange en referencia a la CIA “es poco”. Para él es claro que se trata de la agencia que más gasta en experimentación científica y en desarrollo tecnológico del mundo, lo que ha hecho que la seguridad nacional de EE. UU., cada vez más, se esté basando en estos avances.
“Hoy por hoy, Estados Unidos tiene la capacidad de controlar prácticamente a cualquier ciudadano o grupo en cualquier lugar del mundo. Puede interferir cualquier comunicación satelital o digital”, apunta Marulanda.
En eso coincide Carolina Botero, investigadora en temas de derecho y tecnología y directora de la Fundación Karisma. Según dice, esas posibilidades de hackear ya están disponibles en el mercado negro y en el legal, y cada vez más crece una gran industria de vigilancia que usa este tipo de herramientas.
Lo que sí es nuevo, continúa, es la parodoja a la que se enfrenta el propio Estado: que está obligado a cuidar a sus ciudadanos de amenazas como el hackeo, pero al mismo tiempo toma esta práctica como un arma para combatir a los “malos”, y cuando lo hace , pone en riesgo a los ciudadanos.
“Se están usando vulnerabilidades que se salen de las manos, y así se arriesga todo, porque cualquiera tiene la misma capacidad que ellos”, concluye Botero.
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