El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, se presentó en la COP26 para dar un discurso en el que analizó los avances y estancamientos que ha tenido el planeta en materia de objetivos climáticos. Lo anterior, en comparación con la cumbre del clima de París que se llevó a cabo en el 2015, mientras él era dirigente del país norteamericano.
En su declaración, Obama afirmó que la mayoría de los países “no están siendo tan ambiciosos como deberían” en sus objetivos climáticos y criticó a China y Rusia, dos de los mayores emisores de carbono, por la “peligrosa falta de urgencia” en sus planes para actuar contra el cambio climático: “Tengo que confesar que fue particularmente decepcionante ver a los líderes de dos de los países que más emiten del mundo, China y Rusia, declinar incluso asistir a las negociaciones.”, dijo.
Obama llegó a Escocia casi por sorpresa, sin maleta nuclear ni teléfono rojo, pero con el bagaje de haber sido el presidente de E.E. U.U., cuando en 2015 se alcanzó el Acuerdo de París, y con un carisma difícil de encontrar en la escena política actual. Le presentó Sheila Babauta, una activista de las Islas Marianas del Pacífico y miembro de la Fundación Obama.
Sin leer un papel, durante una hora desgranó un discurso sin anuncios novedosos, pero que produjo la misma emoción en los asistentes, a seis años de su intervención en la cumbre del clima de París que recordó que “debía de ser el comienzo, no el final”.
No todo es malo
“Se ha hecho un progreso significativo”, dijo Obama, que repasó algunos de los avances logrados desde entonces y, en particular, durante la COP26, como los compromisos para reducir emisiones de metano, frenar la deforestación o dejar de invertir en ciertas infraestructuras de combustibles fósiles. “También es verdad, que colectiva e individualmente, aún nos quedamos cortos. No hemos hecho ni de lejos lo que tenemos que hacer”, dijo.
La parte política de su discurso la dirigió, sobre todo, hacia la audiencia doméstica, destacando las dificultades de Biden para aprobar las leyes que le permitan cumplir su promesa de reducir a la mitad las emisiones de CO2 en 2030 respecto a 2005. Alabó a su compañero de partido, enfocó sus halagos en los socios climáticamente responsables, como el Reino Unido, la Unión Europea, Corea del Sur o Canadá, y criticó a los grandes ausentes.
“Necesitamos economías avanzadas como la de EE. UU. y la Unión Europea liderando este asunto. Pero también sabéis que necesitamos a China e India. Necesitamos a Rusia, al igual que necesitamos a Indonesia, Sudáfrica y Brasil. No podemos permitirnos (tener) a nadie al margen”, aseveró.
La segunda parte de su discurso tomó un cariz más humano. Habló en calidad de padre de “dos veinteañeras” porque “la energía más importante de este movimiento viene de la gente joven”. Obama reconoció no tener todas las respuestas, “a veces me siendo desanimado, que dudo de que la humanidad pueda actuar conjuntamente antes de que sea demasiado tarde (...). Imágenes distópicas se cuelan en mis sueños”, dijo.
Mensaje a los jóvenes
El expresidente reconoció el derecho de los jóvenes “a estar frustrados” porque los mayores “no han hecho lo suficiente para lidiar con el problema potencialmente cataclísmico” que ahora recae en los más jóvenes. Y lanzó cuatro mensajes bien definidos. Primero, llamó a los jóvenes a implicarse en política: “Votad como si vuestra vida dependiera de ello, porque depende de ello”, dijo; después les exhortó a que presionen “a las empresas para que hagan lo correcto”.
Además, les pidió que eduquen a sus mayores, porque les quieren y les escucharán; y por último, les aconsejó que escuchen en vez de sólo gritar, protestar, señalar y tuitear, que es “necesario para concienciar, pero no basta”.
“No bastará con predicar para los fieles (...). Para construir las coaliciones amplias que se necesitan. Hay que persuadir a la gente que actualmente no está de acuerdo con nosotros o que son indiferentes con el problema. Y para cambiar las mentes de esos conciudadanos en nuestros países, tenemos que escuchar más”, recomendó.
“Tenemos que convencer al tipo que tiene que conducir cada día a la fábrica, que no se puede permitir un Tesla y que quizá no pueda pagar el alquiler o alimentar a su familia si los precios del gas suben”, a la madre india que “teme las inundaciones” pero que también quiere “que sus hijos tengan electricidad para hacer los deberes por la noche”, dijo.
Por último, la estrella de este lunes en la COP26 recordó que la acción climática “es un maratón, no un sprint. Nuestro planeta está herido por nuestras acciones. Esas heridas no se van a curar hoy, mañana o pasado. Pero se pueden curar (...). Estoy listo para la carrera de fondo si vosotros también lo estáis. Así que, vamos a trabajar”, concluyó Barack Obama.