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A partir de ahora en Rusia solo se reconoce como familia a las parejas conformadas por un hombre y una mujer y la fe en Dios es una obligatoriedad por mandato constitucional. Estos son solo algunos de los puntos controversiales del referendo constitucional que celebró el país en la última semana y cuyos resultados se conocieron ayer.
Los rusos votaron cerca de 200 puntos, desde aspectos sociales y económicos hasta asuntos políticos. Al final de la jornada el resultado significó un aval a la gestión del presidente Vladimir Putin, quien desde enero comenzó a impulsar la iniciativa constitucional que también contó con el aval del legislativo.
Entre numerales dedicados al derecho a tener un salario mínimo, revisar las pensiones de los jubilados según la inflación anual y otros aspectos, también hay otros que allanan la carrera política de Putin, quien a partir de estas modificaciones podrá hacerse reelegir hasta 2036, porque los cambios incluyen desconocer que ya ha sido reelegido.
Putin, el exespía de la Guerra Fría, lleva 20 años en el poder. Si bien no todo este tiempo ha ostentando el cargo de presidente, porque entre 2008 y 2012 el mandatario fue Dmitri Medvédev, sí ha estado siempre tras bambalinas del Kremlin porque su partido Rusia Unida se ha mantenido al mando.
Su periodo actual como presidente vence en 2024. Si bien ahora es legal que aspire nuevamente al cargo, solo ese año podrá ratificarse si emprende o no una nueva carrera en las urnas para mantenerse en la presidencia por hasta 36 años, un lapso que supera las tres décadas que lideró Iósif Stalin a la Unión Soviética.
Según la Comisión Electoral, la participación fue del 65 % y el 77,92 % de los electores sufragaron a favor de los cambios a la carta magna. No obstante, hay críticas. La Unión Europea, vecina de ese país, pidió que se investiguen denuncias de coacción de votantes y violación al derecho a mantener el sufragio secreto.
Por su parte el opositor Alexei Navalny, del partido Rusia del Futuro, dijo que el referendo fue una “enorme mentira” y que nada se resolverá si la gente no sale a la calle. Pero ese camino de los detractores de Putin ahora es más complejo, sobre todo porque la reforma aumenta los privilegios presidenciales y un ejemplo de esto es la potestad de hacer nombramientos y despidos de jueces.
“Todos esos ajustes se dan en un marco de legalidad, pues el presidente hizo el cambio a la Constitución para obtener una legitimidad desde el punto de vista jurídico, para poder participar en unas elecciones que seguramente ganaría”, afirma Vladimir Rouvinski internacionalista y profesor de la Universidad Icesi.
Rouvinski prefiere no adelantarse a lo que sucederá en 2024. “Si bien todo el mundo está convencido de que buscará la reelección, aún está la posibilidad de que desista de la idea porque todo depende de cómo esté el país en unos años”. Así, el camino para la longevidad en el poder de Vladimir Putin ya está abonado y solo es cuestión de que él dé el paso de volver a aspirar a la presidencia.
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.