El optimismo del presidente Santos sobre el reinicio de los diálogos, raya con la posición de las Farc, quienes luego de la interrupción de las conversaciones por el secuestro del general Alzate, aseguran que se debe recomponer el camino para volver a la mesa.
Santos hizo referencia al camino recorrido en el proceso, y señaló que faltan solo dos puntos que buscarán tratar de manera simultánea “para meter el acelerador y así evitaremos más muertes”.
Pero otro es el pensamiento de las Farc desde su orilla. Para la guerrilla hay un halo de desconfianza en el proceso, por eso su decisión de pedir que se deben revisar las normas con las que se adelantan las negociaciones. “Quien impuso la suspensión de las conversaciones no puede regresar con la pretensión de imponer también la fecha de su reinicio, como si nada hubiera ocurrido”, dijeron las Farc.
Ya hubo reuniones
Para superar el clima de tensión en la mesa de diálogos, el grupo negociador del Gobierno, encabezado por el jefe de la delegación, Humberto de la Calle, viajó a La Habana con el fin de evaluar el proceso de paz y ver su continuidad tras la liberación del general Alzate y sus dos acompañantes.
En esas reuniones exploratorias, antes de iniciarse el ciclo 31 en la ronda de negociaciones, comenzará a tocarse el tema del desescalamiento del conflicto como un acción que llevará a “humanizar la guerra”, lo que daría el respaldo al proceso de paz de los ciudadanos que aun no creen en los diálogos con las Farc.
Esta posición es clara, según el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega. “Ese será el puente que tenderá el Gobierno a las Farc para cerrar la brecha abierta por el secuestro del general: Las Farc hablan de cese el fuego, y el Gobierno de desescalamiento. Es como ceder un poco”.
La reunión entre ambas delegaciones continuará hoy para definir cuándo sería el reinicio de las conversaciones en La Habana .