En los últimos tres meses del año pasado 35 mil muchachos entre los 5 y 17 años desempeñaban algún tipo de trabajo en el Valle de Aburrá y otros 25 mil cumplían con oficios de hogar.
Así lo señaló el informe de trabajo infantil divulgado el pasado miércoles por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el que la tasa de trabajo infantil ampliada, es decir la que incluye oficios del hogar, se ubicó en 9,3 %, cifra mayor al promedio nacional de 9,1 %.
Aunque el dato total para el área metropolitana da cuenta de 60 mil muchachos trabajando, esta fue la más baja al compararla con el último trimestre de 2014 que tuvo 66 mil menores ocupados, mientras en igual periodo de 2013 se contabilizaron 73 mil y en el de 2012 sumaron 72 mil menores de edad.
Para la investigadora de la Escuela Nacional Sindical (ENS), Carmen Tangarife, se trata de un indicador muy alto, pues refleja que los pequeños se están dedicando, además de trabajar, a cumplir con oficios del hogar como lavar, planchar, cocinar, cuidar a niños más pequeños, actividades que en la mayoría de casos implican un riesgo.
Otra inquietud que plantea Tangarife radica en las motivaciones que provocan este fenómeno. “¿Qué está haciendo que estos niños trabajen? Habría que entender la dinámica laboral de la ciudad y analizar cómo es la tasa de desempleo de los jefes del hogar”.
El informe del Dane también indicó que el mayor porcentaje de niños y adolescentes que trabajan en el país señalaron como razones: que deben participar en la actividad económica de la familia o que les gusta trabajar para tener su propio dinero.
Entre otras justificaciones también se mencionaron que: los muchachos deben ayudar con los gastos de la casa, así como costearse el estudio o , incluso, que el trabajo los forma, los hace honrados y los aleja de los vicios.