Choques externos y tensiones geopolíticas afectan los precios del crudo
El contexto internacional ha sido determinante en esta crisis. La guerra en Ucrania, los conflictos en Medio Oriente y la política energética de Estados Unidos bajo la administración Trump han generado una fuerte volatilidad en los mercados.
A ello se suma la decisión de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo) de aumentar en 411.000 barriles diarios su producción desde mayo, lo que ha mantenido el precio del crudo en un rango de US$60 a US$70 por barril.
Este nivel limita la rentabilidad de proyectos en Colombia y ha golpeado las exportaciones, en lo corrido de 2025, el valor exportado cayó 15,4%, con una disminución de 2,5% en volumen.
Atentados y bloqueos agravan la caída productiva interna
No todo se explica por factores externos. En abril, atentados contra el Oleoducto Bicentenario interrumpieron la producción en Caño Limón, Arauca, mientras bloqueos comunitarios afectaron operaciones en Rubiales y Caño Sur Este, en el Meta.
Estos episodios incidieron en que el subsector petrolero, que representa el 60% de la actividad de minas y canteras, registrara una caída acumulada de 5,3% en 2025.
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El carbón, con una participación cercana al 20% del sector, también sufrió un retroceso de 10,7%. En conjunto, el valor agregado de minas y canteras se contrajo 7,6%.
Inversión exploratoria en mínimos históricos
La dinámica de inversión refleja el deterioro estructural. La actividad de taladros, indicador clave para medir la exploración, cayó 27,7% entre noviembre de 2022 y julio de 2025.
Los equipos de perforación pasaron de 60 a 31 en ese lapso, lo que compromete la reposición de reservas.
La Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) estima que la inversión exploratoria en 2025 será de 740 millones de dólares, un 18% menos que en 2024 y el nivel más bajo de los últimos cuatro años.
A la reducción en capital se suman la minería ilegal, los atentados terroristas y los bloqueos sociales, que aumentan la incertidumbre del sector.
La contracción petrolera ya se refleja en las cuentas públicas. Durante el primer trimestre de 2025, las regalías por hidrocarburos cayeron 5,3% frente al mismo periodo de 2024. Además, la balanza de pagos se ha deteriorado y el peso colombiano enfrenta mayor presión frente al dólar.
ANIF advirtió que “mientras el país busca acelerar su transición energética, se queda sin recursos para financiarla”.
Esta paradoja plantea un dilema para la política económica: cómo mantener la estabilidad fiscal y, al mismo tiempo, avanzar hacia la descarbonización.