Aunque Colombia es reconocida como uno de los principales productores de café del mundo, su consumo interno sigue rezagado frente a otros países cafeteros.
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La Federación de Cafeteros anunció algunas estrategias para impulsar el consumo interno y promover el café en los programas escolares.
Aunque Colombia es reconocida como uno de los principales productores de café del mundo, su consumo interno sigue rezagado frente a otros países cafeteros.
Según el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, los colombianos consumen en promedio 2,2 kilogramos de café por persona al año, mientras que en Costa Rica la cifra asciende a 4 kilogramos y en Brasil alcanza 5,9 kilogramos.
En diálogo con el diario La República, Bahamón explicó que el éxito brasileño se debe a una política de Estado sostenida durante dos décadas, en la que se incluyó el café en los programas de alimentación escolar y en entidades públicas.
“Ese es el llamado que hacemos al Gobierno colombiano: que incorpore el café en la dieta del Programa de Alimentación Escolar y en todas las instituciones del Estado. El café es nuestra bebida nacional”, enfatizó.
Con Cafés de Colombia Expo 2025, evento abierto al público este fin de semana en Corferias, Bogotá, la Federación busca promover el consumo de café 100% colombiano y fortalecer el vínculo entre los productores y los consumidores. Este año, el evento congrega a más de 167 expositores, frente a los 155 del año pasado, y espera superar los 30.000 visitantes.
“Esta feria sigue mostrando lo mejor de Colombia. Queremos que el público descubra la innovación y la calidad detrás de cada taza”, aseguró Bahamón.
Uno de los anuncios más destacados fue el reconocimiento otorgado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que catalogó al café colombiano como una bebida saludable. “Es una noticia muy importante para atraer nuevos consumidores y reforzar la confianza en el producto nacional”, señaló el directivo.
El año cafetero que acaba de finalizar fue el mejor en los últimos 33 años, con una producción de 14,8 millones de sacos.
Sin embargo, Bahamón advirtió que el sector se prepara para un descenso natural en los próximos meses, debido al comportamiento bienal del cultivo y a las condiciones climáticas adversas registradas entre enero y marzo.
“El pronóstico indica que la cosecha del segundo semestre podría caer en un millón de sacos. Lo importante es mantener un precio justo para los caficultores, de manera que el negocio siga siendo sostenible y continúe como motor de la economía nacional”, destacó.
En materia de comercio exterior, el año cafetero cerró con 13,2 millones de sacos exportados, lo que representó un crecimiento del 12% y US$5.500 millones en divisas para el país. Además, la cosecha generó $24,2 billones que se distribuyeron en los territorios cafeteros, dinamizando las economías regionales.
No obstante, Bahamón reconoció que si la producción cae, las exportaciones también disminuirán en la misma proporción, aunque la prioridad será mantener la estabilidad del ingreso de los productores.