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Petróleo, el gran protagonista de la inversión externa

Antes y luego
de la apertura económica, de principios de los 90, el sector petrolero ha sido el mayor receptor de recursos del exterior, por encima de la industria.

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Petróleo, el gran protagonista de la inversión externa
14 de diciembre de 2017
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Al vaivén de la volatilidad de los precios internacionales de las materias primas, los flujos de inversión han aterrizado, desde los 90, con más frecuencia en el sector petrolero, por cuenta del mayor interés que ha suscitado por las inmenzas posibilidades de desarrollo para los empresarios.

La apuesta por este sector se ha hecho evidente desde 2012 cuando los flujos de hidrocarburos alcanzaban un máximo histórico de 5.471 millones de dólares. El de minas y canteras llegaba solo 2.474 millones; el sector manufacturero, 1.985 millones, y los servicios financieros y empresariales, 1.077 millones, de acuerdo con cifras del Banco de la República.

Sin embargo, ese énfasis hacia los recursos no renovables “no se traduce en más creación de empleos, porque ese sector está apalancado en tecnologías propias y estandarizadas, que no generan efectos de encadenamientos productivos”, explicó el vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, Danny García Callejas.

Añadió que de esa forma se propició una situación en la que los términos de intercambio perdieron competitividad, lo que incidió, particularmente, en que el sector industrial no despegue. En resumen, una enfermedad holandesa.

Una forma de entenderlo son las variaciones anuales negativas en el segundo y tercer trimestre de este año del PIB de las manufacturas (-3,4 % y 0,6 %, respectivamente), frente al crecimiento en iguales lapsos de 2017 y en años anteriores, de otros sectores, pero en especial del petróleo en detrimento de la industria.

No obstante, ProColombia aseguró que en los últimos siete años, el ingreso de capitales extranjeros le ha dado mayor protagonismo a sectores no minero-energéticos, lo que ha generado transferencia de conocimientos, empleos y desarrollo.

“64 % de la inversión entrante no se dirige a esta actividad, sino principalmente a manufacturas, seguido de comercio, restaurantes y hoteles; construcción; electricidad, gas y agua; y servicios financieros y empresariales”, mencionó la entidad.

Cuando los precios del petróleo comenzaban a experimentar un movimiento de caída libre en 2014, el flujo hacia esa actividad económica totalizaba 4.732 millones de dólares, frente a los 5.112 del año anterior. Al tiempo que aumentaban un 19,5 % la diferencia entre entradas y salidas de inversión al sector manufacturero, que registraron 2.967 millones hace tres años.

Balance de 2017

En el primer semestre de 2017 el balance de los flujos de inversión extranjera directa fue positivo, pues 2016 fue atípico porque entraron ingresos extraordinarios provenientes de la venta de la participación del Estado (57,6 %) en Isagén.

En total, el año pasado la inversión extranjera directa (IED) fue de 13.743 millones de dólares, un incremento del 18,1 % frente a 2015, según el Emisor.

Sin ese monto, habría crecido 10 % en los seis primeros meses de este año, “una reactivación importante luego de casi tres años de disminución en los flujos”, puntualizó el analista de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital, Camilo Durán.

El flujo total, en lo corrido del año a septiembre, fue de 10.202 millones de dólares, 3,1 % menos que el mismo periodo del año anterior, cuando alcanzó los 10.533 millones de dólares.

El sector petrolero tuvo un flujo de 2.113 millones de dólares, 20,3 % más que el año anterior (cuando fue de 1.757 millones), y en manufacturas, el dato llegó a 1.762 millones de dólares, con una variación de 31,4 % frente a igual periodo.

Por países, la mayor participación dentro de los flujos, que ingresaron en el primer semestre de este año, es de los Estados Unidos, con 17,8 %, seguido de Inglaterra (13,9 %), Panamá (13 %) y Suiza (7,1 %) —ver gráfico—.

En 2017, se iniciaron 130 nuevos proyectos con inversión extranjera de 29 países como Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur, India y Singapur por un valor de 3.800 millones de dólares por parte de 104 empresas acompañadas por ProColombia. Ese resultado es 20 % superior al del año anterior, y los inversionistas esperan generar 26.297 empleos en 14 departamentos en los próximos años.

Expectativas

Credicorp Capital estima que este año los flujos de inversión extranjera directa cerrarían en 11.625 millones de dólares, una disminución con respecto a los 13.726 millones de dólares del año pasado. En 2018, el pronóstico sería más alentador, de 12.520 millones.

La gerente de Propaís, María Luisa Castrillón Simmonds, también espera que 2017 finalice con unas cifras menores a las que esperaba el Gobierno. A principios de año, el Ministerio de Hacienda previó que la IED se reduciría 2.480 millones de dólares.

No obstante, la funcionaria resaltó que el aumento de la clase media y su mayor consumo en Colombia, lo convierte en una puerta de entrada para la inversión hacia Suramérica.

Por otro lado, además de expectativas de recuperación de la dinámica petrolera, los expertos ven más oportunidades de inversión para la construcción, con el auge de las obras 4G. Además, esperan que el sector agrícola sea uno de los que impulse el crecimiento agregado de mediano plazo (en seis años).

Durante los primeros nueve meses del año, la construcción tuvo flujos por 504 millones de dólares, un aumento de 2,4 %, en comparación con el mismo periodo de 2016, cuando sumaron 492 millones.

En cambio, la actividad económica que agrupa a agricultura, caza, sivicultura y pesca acumuló 137 millones de dólares a septiembre, una disminución frente a los 170 millones de dólares del año anterior. Castrillón mencionó que otro sector jalonador de flujos de inversión ha sido el turismo: “una gran fuente de ingreso de divisas”.

Al tercer trimestre de este año, el sector de comercio, restaurantes y hoteles totalizaba 750 millones de dólares, por encima del de servicios financieros y empresariales, que si bien en los tres primeros meses reportó 418 millones de dólares, en los tres siguientes tuvo salidas de flujos por 96 millones, que fueron compensadas por los flujos de 524 millones que llegaron entre julio y septiembre.

En la historia

En 1994, cuando los flujos de inversión extranjera directa en el país fueron de 1.446 millones de dólares, el valor más bajo se registró el año siguiente, de 968 millones de dólares. Le siguen 1999 (1.508 millones de dólares y 2003 (1.720 millones).

En cambio el más alto registrado fue en 2013, cuando los flujos sumaron 16.210 millones de dólares, seguido por 2014 (16.165 millones de dólares) y 2012 (15.039 millones).

Por otro lado, García Calle plantea que los problemas a los que se enfrenta un inversionista son principalmente la debilidad institucional, la baja aplicación de la ley y la corrupción; factores estructurales existentes desde tiempo atrás y que de ser superados brindarían mejores condiciones a la inversión.

A esos puntos flacos en Colombia, se le agregan retos en la facilidad para hacer negocios, donde sigue siendo complicado crear empresa; en los tiempos para dirimir conflictos civiles; en la calidad y oferta educativa para emparejarse con las necesidades de las empresas que llegan al país, así como en la informalidad y en la infraestructura tecnológica.

“Por otro lado, el acuerdo de paz ha impactado positivamente en la llegada de más fuentes de financiación”, dijo Castrillón Ha fortalecido la opinión de la comunidad internacional de estabilidad jurídica y social.

Como efecto del posconflicto se espera que a 2024 la IED continúe creciendo y alcance los 36.000 millones de dólares, concluyó un análisis del Departamento Nacional de Planeación (DNP) de casos similares en el mundo.

No obstante, García señaló que incluso cuando había guerra, llegaba inversión, sin descartar que es un proceso significativo para la economía.

¿Dependencia?

Finalmente, los analistas reconocen que la inversión extranjera directa es una variable que facilita el crecimiento económico, pero no es determinante ni suficiente. Como proporción del PIB del país, los flujos netos de Inversión Extranjera Directa (IED) representaron un 4,8 % el año pasado, según cifras del Banco Mundial.

Puede, por ejemplo, afectar los ingresos del Gobierno por regalías, a lo que responde la reforma tributaria, como una alternativa de financiación.

Sin embargo, recomiendan seguir consolidando el desarrollo de la infraestructura 4G e impulsando sectores diferentes al petrolero, en especial el agrícola y el manufacturero.

Sobre todo, porque cualquier país es vulnerable a salidas de capital o a la volatilidad de precios de commodities, pero ese es un riesgo contemplado por las autoridades monetarias a cambio de garantizar el desarrollo de grandes proyectos y la sostenibilidad del presupuest.o

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suman flujos de inversión extranjera, según actividades económicas, en 2016.
Infográfico

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