El aumento del salario mínimo del 23% anunciado por el Gobierno Nacional tendrá un efecto inmediato y contundente sobre los sistemas de transporte público urbano en las ciudades capitales.
Así lo advirtió la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales), al señalar que este ajuste salarial generará un incremento adicional superior a los $200 por pasaje, que se sumará al alza del 11 % que ya estaba proyectada para 2026.
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El resultado es una mayor presión financiera para los sistemas de transporte masivo y estratégico, justo en un momento en el que las finanzas locales ya están tensionadas por múltiples frentes.
Por qué el salario mínimo golpea tan fuerte al transporte urbano
La explicación es estructural. Los sistemas de transporte público son altamente intensivos en mano de obra. En promedio, entre el 40% y el 55% de sus costos operativos corresponden a salarios, prestaciones sociales y aportes a la seguridad social, todos indexados directamente al salario mínimo.
Esto significa que cada aumento salarial se traslada de forma automática a los costos de operación, incluso sin que haya ampliaciones de flota, rutas o frecuencias.
El impacto se siente de inmediato en el costo por kilómetro recorrido y en el delicado equilibrio financiero de los sistemas.
“Un incremento del 23% en el salario mínimo tiene un efecto inmediato en los costos del transporte público. En términos prácticos, estamos hablando de alrededor de $200 adicionales por pasaje, que se suman a los incrementos ya previstos y que deben ser asumidos por las ciudades si se quiere proteger a los usuarios y evitar alzas abruptas en la tarifa”, explicó Andrés Santamaría, director general de Asocapitales.
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Ciudades intermedias, las más vulnerables al alza salarial
Asocapitales fue clara en advertir que este impacto no se limita a los grandes sistemas de transporte masivo de las principales áreas metropolitanas.
Las ciudades capitales intermedias, donde operan sistemas estratégicos de menor escala, enfrentan un riesgo mayor.
Estas ciudades cuentan con menor respaldo financiero y mayores restricciones fiscales, lo que incrementa su vulnerabilidad frente a choques de costos laborales. En la práctica, “tienen menos margen para absorber incrementos sin recurrir a mayores subsidios o ajustes en la calidad del servicio”.
Cali, Medellín, Bogotá y Cartagena: impactos diferenciados
En Cali, el aumento del salario mínimo se refleja en un mayor costo operativo del sistema MIO, en un contexto marcado por baja demanda relativa y altos costos fijos. “Esto profundiza su déficit estructural y obliga al municipio a destinar más recursos públicos para sostener la operación, evitar presiones tarifarias o prevenir deterioros en la calidad del servicio”.
En Medellín, aunque el Sistema Integrado del Valle de Aburrá presenta un mejor equilibrio financiero, el incremento salarial impacta los costos de operación de buses alimentadores, tranvía y personal de estaciones. “El efecto se traduce en mayores transferencias públicas o en la necesidad de reprogramar inversiones futuras”.
En Bogotá, donde opera el sistema de transporte masivo más grande del país, el aumento del salario mínimo ejerce una presión significativa sobre el Fondo de Estabilización Tarifaria. “El mayor costo por kilómetro obliga al Distrito a ampliar su esfuerzo fiscal anual para garantizar la continuidad del servicio sin afectar a millones de usuarios diarios”.
En Cartagena, el impacto es proporcionalmente mayor. “Se trata de un sistema de menor escala y con menor capacidad fiscal, donde el aumento del salario mínimo eleva rápidamente los costos operativos y genera riesgos de desbalance financiero”.
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“Las ciudades están haciendo un esfuerzo fiscal significativo para garantizar el transporte público como un derecho y evitar trasladar estos mayores costos a los usuarios. Sin embargo, este desafío requiere una respuesta nacional, con reglas claras de corresponsabilidad y esquemas de cofinanciación sostenibles”, añadió Santamaría.
Bloque de preguntas y respuestas
- ¿Cuánto subiría el pasaje por el alza del salario mínimo?
- Según Asocapitales, el impacto directo sería superior a $200 por pasaje, adicional al incremento tarifario ya proyectado para 2026.
- ¿Por qué el transporte público depende tanto del salario mínimo?
- Entre el 40% y 55% de los costos operativos corresponden a salarios y aportes sociales indexados al mínimo.
- ¿Qué ciudades serán las más afectadas?
- Las capitales intermedias, por su menor capacidad fiscal, y sistemas con déficits estructurales como Cali y Cartagena.