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¡No fue inocentada! El mínimo subirá 23% y será $1,75 millones

El presidente Gustavo Petro lo anunció anoche. Con en el subsidio de transporte el mínimo será de $2 millones. Se teme porque el costo de vida sería mucho más caro. Polémica por decisión en época electoral.

  • En la alocución pregrabada en la que se anunció el alza del salario mínimo para el año 2026, el presidente Gustavo Petro (centro) estuvo acompañado por su hija Antonela y el ministro del Trabajo Antonio Sanguino. FOTO Presidencia
    En la alocución pregrabada en la que se anunció el alza del salario mínimo para el año 2026, el presidente Gustavo Petro (centro) estuvo acompañado por su hija Antonela y el ministro del Trabajo Antonio Sanguino. FOTO Presidencia
  • ¡No fue inocentada! El mínimo subirá 23% y será $1,75 millones
29 de diciembre de 2025
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Horas antes, justo durante la fecha de las tradicionales inocentadas, empezaron a circular informaciones en el sentido de que el aumento del salario mínimo para el 2026 sería del 23%.

La cifra, cuyos registros similares datan de la década de los años 90, fue tomada como una broma típica del 28 de diciembre, pero con el paso de las horas fue tomando forma, suscitando diversos comentarios en redes sociales, y cristalizándose luego de las 7 de la noche, cuando en alocución televisada el presidente Gustavo Petro la oficializó.

El salario vital para 2026 será de $2.000.000”, expresó el mandatario en su intervención de unos 15 minutos. Poco antes, en su cuenta de X sostuvo que “toda la información estadística muestra que es al contrario la correlación econométrica, entre más sube el salario mínimo el desempleo baja”.

En ese contexto, la remuneración mínima que durante este año estuvo en $1.423.500 será a partir del próximo 1° de enero de $1.750.905, observando un ajuste de $327.405, superando la solicitud de los sindicatos que abogaban por 16% y sobrepasando, de lejos, la oferta del sector privado que fue de 7,21%.

17%
de los trabajadores en Colombia gana el salario mínimo.

Agregando el alza de 24,5% que se aplicará al auxilio de transporte, que pasará de $200.000 a $249.095, el salario mínimo de más de dos millones de colombianos será de dos millones de pesos, alcanzando así el “salario o ingreso vital familiar”, del que hiciera mención en la última semana tanto el presidente Petro como el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino.

De esta manera el Gobierno Nacional se ajustó a la línea que trazó con anterioridad, al señalar que el reajuste del salario mínimo sería de dos dígitos. De hecho, en declaraciones a varios medios, el mismo Sanguino apuntó que el porcentaje de dos dígitos estaba en el rango de 10 a 99.

Y hasta el ministro del Interior, Armando Benedetti, dos semanas antes había anticipado que el salario mínimo rozaría $1,8 millones.

Si la gente de Colombia vive mejor, las condiciones de la paz se construyen. Así que bienvenidos estos dos millones, hay que ponerlo ahí por redes, 2 millones, 2 millones, 2 millones. Para los que más tienen, pues hay nada. Se lo gastan en una noche de parranda, pero para el pueblo trabajador yo sé que si significa la vida y la dignidad, que es lo importante, de aquí para adelante habrá que luchar por más”, manifestó Petro, quien en su intervención pregrabada estuvo acompañado del ministro Sanguino y su hija Antonela.

Infográfico
¡No fue inocentada! El mínimo subirá 23% y será $1,75 millones

Igualmente, el mandatario se anticipó a las críticas declarando que: “Van a caer insultos, van a decir que nos equivocamos, van a decir que se va a paralizar la economía, van a decir que van a salir muchos empleados a la calle. Hasta ahora, hasta este momento tenemos la tasa de desempleo más baja de todo el siglo. La salida de pobreza con las tasas más bajas de todo el siglo”.

Y agregó: “Espero que el año 2026 sea aún mayor, la caída del desempleo y la caída de la pobreza. Estas son medidas que van directamente a reducir la pobreza y yo creo que aumentan empleo porque aumenta la demanda y los empresarios van a vender más. Por tanto, necesitarán más trabajadores”.

Las reacciones de los empresarios

Tras el anuncio, los gremios del sector privado alertaron de los efectos negativos de esta determinación. Desde la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) se indicó que como consecuencia de una decisión adoptada de manera unilateral por el Gobierno Nacional, se generan riesgos significativos para los hogares colombianos y para la economía del país, particularmente en lo relacionado con el aumento de la inflación y de los precios de múltiples bienes y servicios, el impacto sobre el empleo y las finanzas públicas. La inflación, sin duda, es una de las variables que más afecta a los ciudadanos en condición de mayor vulnerabilidad.

También se cuestionó que este reajuste del salario minimo se adopte en un contexto en el que el propio Gobierno ha manifestado encontrarse en una situación de “emergencia económica”, cuando estimaciones técnicas indican que cada incremento del 1% en el salario mínimo implica aproximadamente $400.000 millones adicionales en gasto público.

Y se criticó que la administración Petro decidiera modificar de manera unilateral el concepto de remuneración mínima, introduciendo la noción de un “ingreso mínimo vital”, sin que esta transformación sea el resultado de una conversación amplia, abierta, profunda y democrática con la sociedad, como lo exigen los principios del diálogo social y del diálogo tripartito en una democracia.

“Las decisiones populistas se caracterizan por generar en algunos grupos de la población la idea de que se están beneficiando sus intereses, cuando en realidad se trata de medidas insostenibles o estructuralmente inconvenientes”, comentó Bruce Mac Master, presidente de la Andi.

El dirigente gremial explicó que afectar variables como la inflación, el empleo, la informalidad, la competitividad y la tasa de interés con el fin de mostrarse generoso, utilizando recursos que terminarán pagando las pymes, las empresas medianas y las empresas formales, constituye sin duda uno de los mayores actos de populismo en la historia de Colombia.

$2.8
millones será el costo total de un trabajador que gane un salario mínimo para una empresa.

En la misma línea se pronunció Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, quien rechazó de manera categórica una decisión que consideró irresponsable, desproporcionada y contraria a la realidad económica del país, más aún cuando el propio Gobierno ha decretado una Emergencia Económica.

“La contradicción es insostenible. No se puede declarar una crisis excepcional y, al mismo tiempo, imponer un aumento del 23%, que golpea directamente al empleo formal y asfixia al sector productivo. Imponer un aumento de esta magnitud, ignorando las variables técnicas y la productividad, es pan para hoy y hambre para mañana. Las improvisaciones del Gobierno no las paga el Estado, las paga el pueblo con desempleo, informalidad y carestía”, enfatizó Cabal.

El vocero del comercio organizado sentenció que el impacto sobre las empresas será devastador, en especial para las micro, pequeñas y medianas empresas, que representan el 97% del tejido empresarial colombiano.

De acuerdo con la estimación de costos laborales proyectados para 2026, con un aumento del 23%, un empleador deberá asumir aproximadamente 3.000.000 de pesos mensuales por trabajador en obligaciones salariales, parafiscales y prestacionales.

La Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip) esbozó sus reparos argumentando que rl 23% sobrepasa la capacidad financiera y productiva que las empresas tienen proyectado para el próximo año y las pone en riesgo.

Acrip hizo un llamado al Gobierno Nacional para que acompañe al sector empresarial a enfrentar los retos que este incremento de salario mínimo traerá, y fortalecer las estrategias que tengan que ver con la generación de empleo y el fortalecimiento económico de las empresas, en un año que, además, trae consigo los desafíos de la implementación de la reforma laboral.

La paradoja: sube el mínimo, pero no se paga a tiempo

Mientras la “generosidad” del presidente Petro se traduce en el aumento del 23% del salario mínimo para el año que viene, desde entidades oficiales como la Defensoría del Pueblo se advirtió que los recursos para pagarles a los contratistas y defensores públicos no han sido girados por el Ministerio de Hacienda.

“En diciembre nos notifican que no contaremos con los recursos para pagar a más de 5.160 contratistas y defensores públicos. Esto, a pesar de que estos recursos estaban asignados a nuestra entidad en la ley de presupuesto, y comprometidos a través de los contratos de prestación de servicios suscritos y cumplidos por los contratistas”, escribió en su cuenta de X, el fin de semana, la Defensora del Pueblo, Iris Marín.

La funcionaria lamentó que no haya sido posible hacer el pago antes de Navidad, y recordó que la defensa pública es parte integral del sistema de justicia de Colombia, porque permite el acceso a la justicia a quienes no tienen medios para pagar su representación judicial.

Confió que en enero su despacho cuente con los recursos para cumplir esas obligaciones y en que estos servicios no vayan a ser suspendidos por parte de los contratistas y defensores afectados.

Trabajadores celebran alza del mínimo

Desde la perspectiva de Fabio Arias, presidente de la CUT, la clase trabajadora y los sectores populares “están de fiesta” con el anuncio del presidente Petro, al decretar un incremento en el salario mínimo de aproximadamente el 23%.

“Es una cifra que, redondeada, está alrededor de los 2 millones de pesos junto con el auxilio de transporte, lo cual es una reivindicación de los trabajadores y ha sido parte de sus luchas históricas”, mencionó el dirigente sindical, quien en la mesa de concertación salarial propuso un ajuste del 16%.

Para Arias es muy positivo que el gobierno Petro haya atendido los reclamos y clamores de la clase trabajadora y los sectores populares. “Este gobierno sí atiende a los trabajadores y demuestra que el estudio realizado por la OIT sirvió de mecanismo para garantizar y justificar, desde el punto de vista legal y constitucional, el aumento salarial”.

Y en un mensaje al sector empresarial planteó: “Si los trabajadores tienen mejores ingresos, hay mejor vida para ellos y, con absoluta seguridad, mayor productividad. En términos económicos, habrá un jalonamiento de la economía por el incremento del consumo interno de los hogares”.

A su turno, Percy Oyola presidente de la CGT, resaltó que la alocución presidencial entregó una buena noticia para los trabajadores de Colombia, al fijar el salario mínimo en el espectro de los dos millones de pesos.

Alza histórica en año electoral

No hay que pasar por alto que el presidente Petro cerrará su mandato en el 2026 con un alto salario mínimo, justo en un año electoral para escoger Congreso y presidente, y con una economía que aún pelea contra la inflación que no baja del 5%, lejos de la meta del 3%.

La decisión busca validar su idea de que salarios más altos dinamizan la economía, pero también deja costos y riesgos que heredará el próximo gobierno. Incluso, algunos analistas ven el espejo de Venezuela. Omar Suárez, gerente de Renta Variable de Casa de Bolsa, aseguró que Colombia está repitiendo un libreto conocido en la región, como el caso Venezuela.

A su juicio, un incremento excesivo del mínimo tiene rasgos de populismo y puede acarrear consecuencias severas para la economía. Entre ellas, “un fuerte impacto sobre las micro y pequeñas empresas, para las que cada vez resulta más difícil emprender y sostenerse en el país; un aumento significativo de los precios al consumidor, que se traduce en mayor inflación; y un crecimiento de la informalidad laboral, en la medida en que las empresas buscan sobrevivir reduciendo costos o saliendo del mercado formal”.

La experiencia venezolana suele citarse como ejemplo de lo que ocurre cuando se ignoran las señales inflacionarias. En 2011, un aumento del salario mínimo del 30% por Hugo Chávez fue rápidamente absorbido por una inflación del 27%. En los años siguientes, la inflación superó el 20%, luego el 50% y más tarde alcanzó niveles de tres dígitos, hasta desembocar en hiperinflación, con salarios pulverizados, escasez generalizada y migración masiva.

Tampoco hay que olvidar que en Colombia, los presidentes suelen subir un poco más el porcentaje del mínimo en su último año de gobierno. Por ejemplo, Iván Duque dejó el salario mínimo en un millón de pesos tras un aumento del 10,07%. Y ahora Petro lo deja cerca de dos millones, con un salto del 23,78%.

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