A finales de 2008 los colombianos vieron desmoronarse a D.M.G. Grupo Holding S.A., una gigantesca pirámide que captó ilegalmente el dinero de más de 200.000 familias. David Murcia Guzmán, su creador, fue encerrado tras las rejas de la cárcel La Picota y extraditado a los Estados Unidos, donde se declaró culpable de lavado de activos.
Entonces, muchos prometieron no volver a caer en las falsas promesas de rentabilidades extraordinarias sin tener que mover un solo dedo.
Casi diez años después, una nueva clase de pirámides ha convencido a cientos de inversores, pero esta vez ni siquiera hizo falta una compañía con registro en cámara de comercio sino que fue suficiente una conversación por un grupo de Whatsapp.
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Uno de los grupos, que tiene un nombre impronunciable -“Ggqighqixcqjgqd”-, logró que por lo menos 131 personas invirtieran de a 100 mil pesos cada una. A los inversores les prometieron recibir 800.000 pesos en pocos días: una rentabilidad que ningún negocio legal logra en tan poco tiempo sin productos ni servicios de por medio. Sin embargo, este aparente negocio duró poco tiempo porque la Superintendencia Financiera lo cerró.
Este no es el único grupo que se dedica a captar el dinero de los colombianos. Existen otras pirámides que piden desde 20 mil hasta 200 mil pesos y prometen ganancias millonarias. Por eso, si a usted le han llegado con ese cuento, lea muy bien por qué esto es una estafa y evite que le roben la platica:
1. Es ilegal
La primera razón es que las pirámides son ilegales en Colombia. El término técnico es “captación masiva y habitual de dinero” y, según la Superintendencia Financiera, sucede cuando una persona capta el dinero de por lo menos otras 20 durante un periodo superior a tres meses.
Según el Código Penal, los dueños de las pirámides pueden enfrentarse a penas de 10 a 20 años de prisión y tendrán que pagar una multa de hasta 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
2. No es rentable
La segunda razón para hacerle el quite a estos “negocios” es que las pirámides, por naturaleza, son insostenibles.
Jorge Hugo Barrientos, doctor en Economía de la Universidad de Alicante (España) y profesor de Teoría de Juegos de la Universidad de Antioquia, explica que las pirámides son, básicamente, un juego o esquema Ponzi -llamado así en “honor” al estafador italiano Carlo Ponzi-.
El juego Ponzi consiste en pedirles dinero a dos personas, que a su vez les piden dinero a otras cuatro, para pagar un retorno de inversión a la primera persona de la pirámide.
Según explica Barrientos, el problema del juego Ponzi es que es un esquema infinito: necesita que cada vez más y más personas inviertan dinero para que haya retorno a la inversión.
“La naturaleza infinita hace que sea insostenible, porque el juego solo dura mientras captes dinero”. Y captar inversores para siempre es imposible.
Así, dice el profesor, las pirámides caen cuando una gran parte de los inversionistas decide retirar su capital y no hay dinero suficiente para responder a los demás.
Así lo demostró D.M.G., pero también otras pirámides famosas como People Winner -creada por Flor Marina Romero y que estalló también en 2008- o el estadounidense Bernie Madoff, un banquero que se basó en el esquema Ponzi para recaudar 52.000 millones de dólares y fue condenado en 2009 a 150 años de prisión.
Sin embargo, eso no significa que todas las empresas que usen el esquema Ponzi sean ilegales.
Los negocios multinivel, como Omnilife, Herbalife o Amway, también se basan en el esquema Ponzi, con la diferencia de que están regulados por la ley 1700 de 2013 y venden productos que respaldan el flujo de dinero.
En las pirámides, en cambio, la multiplicación del dinero mera ilusión. Desde que el oro dejó de ser el respaldo del dinero, a mediados del siglo XX, los billetes empezaron a ser una representación de los bienes y servicios.
Por eso, explica Barrientos, “una pirámide de por sí no crea ningún valor; entonces no está creando dinero”. Señoras y señores, mucho cuidado: la multiplicación de los panes y los peces solo se ve en la Sagrada Biblia.