La economía del cuidado tiene rostro de niña en Colombia, así lo concluyó el centro de estudios económicos Anif.
Aunque el país ha avanzado en identificar y reducir el trabajo infantil en fábricas, fincas o calles, hay una forma silenciosa de explotación que sigue normalizándose: las tareas del hogar realizadas por menores sin pago y sin descanso.
Este tipo de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es una realidad que marca profundamente a las niñas, desde la infancia hasta la adultez.
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Tres niñas por cada niño: la brecha de género en el trabajo doméstico no remunerado
Según un reciente comentario de Anif, basado en cifras del Dane del cuarto trimestre de 2024, por cada niño que realiza trabajo doméstico y de cuidado no remunerado (TIDCNR), hay casi tres niñas que lo hacen.
Esta proporción se agrava en zonas rurales, donde la relación escala hasta cinco niñas por cada niño. Es decir, las niñas campesinas asumen desde muy pequeñas las responsabilidades que el entorno familiar y cultural les asigna por su género.
Los oficios que más se repiten son limpiar la casa, tender las camas, cocinar, lavar los platos y planchar la ropa.
Actividades que, en muchos casos, superan las 15 horas semanales y que, según los estándares internacionales, se consideran trabajo infantil. Y aunque más niños que niñas están vinculados al trabajo infantil en general, las niñas lideran las cifras cuando se trata de labores no remuneradas dentro del hogar.
De niñas a cuidadoras: cómo se hereda el trabajo no pago
Este patrón de trabajo doméstico no remunerado no termina en la adolescencia. Las mujeres colombianas entre los 19 y los 59 años dedican más del doble del tiempo que los hombres al trabajo del hogar sin paga, de acuerdo con la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado (2020-2021).
La explicación no está en la biología ni en la voluntad, sino en los roles de género que se aprenden desde la infancia.
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Cuando una niña de 5, 8 o 12 años se hace cargo de los quehaceres de la casa mientras su hermano sale a jugar o estudiar, se está entrenando para una vida en la que el cuidado del hogar será su obligación, así lo advierte el estudio.
Esa carga temprana compromete su futuro laboral: al llegar a la adultez, estas mujeres ya tienen una mochila extra que cargar, especialmente si también son madres.
Una de las consecuencias más alarmantes de esta situación es que la carga doméstica impide que muchas niñas continúen con sus estudios, especialmente en zonas rurales.
Cuando una menor pasa varias horas al día cocinando, limpiando o cuidando a sus hermanos pequeños, es más probable que falte a clases o que, en algún momento, abandone la escuela, alerta el estudio.
Además, la preferencia por el trabajo doméstico como única salida reproduce la pobreza y la desigualdad, ya que limita el acceso a empleos formales y bien remunerados en el futuro.
En palabras de Anif, “desde una temprana edad se moldean los roles de género respecto al cuidado del hogar, condicionando a las niñas y mujeres a ocupar estos roles”.
¿Qué se puede hacer? Políticas urgentes para liberar a las niñas del trabajo no remunerado
El problema no es solo cultural: también es económico y estructural. Por eso, la solución requiere de políticas públicas integrales. Estas deben centrarse en cuatro frentes, según Anif:
1. Proteger el derecho al estudio, garantizando que las niñas asistan a la escuela y no tengan que asumir responsabilidades domésticas excesivas.
2. Fortalecer las economías familiares rurales, para que los hogares no dependan del trabajo de sus hijas.
3. Redistribuir equitativamente las tareas del hogar, fomentando la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, niños y niñas.
4. Romper los condicionamientos de género, promoviendo campañas educativas que desmitifiquen que las labores del hogar son “naturales” para las mujeres.
También se necesita mayor presencia estatal en el campo, acceso al trabajo formal para los adultos y redes comunitarias de apoyo para el cuidado de niños, enfermos y ancianos. Solo así se podrá evitar que las niñas de hoy sigan siendo las cuidadoras invisibles de mañana.
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