La producción mundial de vino en 2017 fue la más baja de este siglo, con 250 millones de hectolitros, debido a las malas condiciones climáticas que afectaron de forma particular a España, uno de los países que sufrió una mayor caída, del 20 % respecto al año anterior.
Este es uno de los datos más destacados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que en la presentación de su informe de coyuntura indicó que el año pasado la producción de vino en el mundo disminuyó un 8,6 % respecto a 2016.
Su director general, Jean-Marie Aurand, dijo que fue “una producción históricamente baja” y que “hay que remontarse a antes de los años 2000 para encontrar cifras como ésta”.
Según Aurand, la explicación se encuentra en las malas condiciones climáticas como las fuertes sequías, ya que “la viña es muy sensible al clima”.
Las inclemencias del tiempo rebajaron la producción italiana en 17 %, la francesa en 19 % y en Serbia el retroceso mayor fue de 21 %.