El presidente Jair Bolsonaro elevó el tono de su discurso mesiánico contra la Corte Suprema de Brasil, al dirigirse a 120 mil seguidores el martes pasado en São Paulo. Bolsonaro quiere, en particular, la destitución del magistrado Alexandre de Moraes, quien encabeza varias investigaciones contra él y sus seguidores. Las manifestaciones de apoyo, convocadas en todo el país, en realidad demuestran el aislamiento progresivo del jefe de Estado, resguardado detrás de las filas de sus fanáticos y al margen de las instituciones y de la mayoría de la población. Si la destitución de Bolsonaro no ocurre, se interpretaría como un triunfo suyo, con consecuencias sobre las elecciones presidenciales de 2022
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