El pastelero estadounidense Buddy Valastro, la estrella del programa de televisión “Cake Boss” anunció, durante su visita en Medellín el pasado fin de semana, que Colombia es el segundo destino que tiene en la mira para la expansión de su tienda Carlo’s Bake Shop.
Valastro, que llegó a la ciudad para participar de la feria “Sweet Fair” ya tiene presencia en Latinoamérica con una sucursal de su tienda que opera desde diciembre de 2016 en Río de Janeiro, Brasil.
“Probablemente en dos años abra una de mis pastelerías en Colombia. Estoy trabajando en eso”, declaró el popular pastelero.
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El “cake boss”, seguido por millones de personas en el mundo y célebre por sus enormes pasteles, admitió que será un problema para él elegir si inicia esta nueva historia de la “Carlo’s Bake Shop” en Bogotá o en Medellín.
“Puede ser en ambas ciudades”, planteó Valastro, para luego agregar que probablemente abrirá la primera pastelería en Bogotá, por ser la capital y una gran ciudad, y después en la capital de antioquia.
Explicó que “todo tendrá que ver obviamente con las capacidades que tiene el negocio. Hay que pensar estratégicamente.
La primera “Carlo’s Bake Shop” fue abierta en Hoboken (Nueva Jersey, EEUU) por el italiano Carlo Guastaffero, en 1910 y en 1964 fue comprada por Bartolo Valastro, padre de Bartolo Jr, conocido como Buddy.
El local saltó a la fama internacional con el programa Cake Boss, producido por TLC y transmitido en Latinoamérica por Discovery Home and Health. En él, Valastro elabora complicadas tortas personalizadas. Luego su fama aumentó con el programa “Desafío de Buddy”, en el que varios reposteros competían para elaborar pasteles personalizados que luego eran evaluados por él y su equipo.
Según le confesó el pastelero a EL COLOMBIANO, la torta más difícil que ha tenido que hacer hasta ahora es una de Transformers de cuatro metros de alto, tres de ancho y 3,5 metros de largo, en la que trabajó con otras 17 personas.
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Buddy cerró su visita regalándole a Medellín un enorme pastel en el que retrata los iconos arquitectónicos de la ciudad. Se trataba de un postre de sabor vainilla y está rellena de arequipe y bariloche, una crema hecha con mantequilla, dulce de leche, cobertura de chocolate y licor.
La torta mide tres metros de ancho por 1,35 metros de alto y de ella se podían sacar hasta 1.500 porciones.
