Los amortiguadores son un elemento fundamental del sistema de suspensión de cualquier automóvil. Además de brindar seguridad ante giros y obstáculos repentinos en la vía, al absorber la energía del impacto, también son esenciales en el equilibrio y comodidad en el interior del vehículo.
Diego García, ingeniero Posventa de Motorysa y experto en el tema, considera que la clave para entender la importancia de los amortiguadores está en su eficacia para transformar la energía cinética de un obstáculo en energía térmica, principalmente en los modelos que funcionan con aceite o gas. “Al controlar el movimiento vertical de las llantas, por ejemplo, al tomar un bache, el sistema toma esta energía producida por un elemento acumulador, usualmente un resorte o ballesta, y la convierte en calor al ser absorbida por un fluido que es aceite o gas generalmente”, explica. Adicionalmente, recalca que si no se instalaran amortiguadores en un automóvil, la llanta oscilaría permanentemente por efecto del funcionamiento libre, al no contar con un sistema de expansión y compresión.
Los amortiguadores cumplen además la función de mantener los neumáticos en contacto permanente con el asfalto, por lo que optimizan el agarre del vehículo a la carretera en todo momento y evitan los movimientos bruscos o repentinos. Su calibración también es muy importante, ya que si un automóvil tuviera amortiguadores rígidos, haría sentir al conductor una sensación de dureza en cada obstáculo y reduciría la comodidad en su interior. Sin embargo, si se cuenta con un sistema demasiado blando, se pondría en riesgo la seguridad del vehículo y sus ocupantes, por eso lo indispensable de elegir adecuadamente cada una de sus partes y hacer una revisión periódica en lugares certificados para asegurarse que estén en buen estado.