No es nuevo en el tema de la movilidad la consideración del hidrógeno como fuente para producir la energía que mueva un vehículo. Ya desde los años 80, algunas marcas vienen experimentando con este gas, aunque no se ha hecho una difusión masiva. Solo Toyota, con el Mirai, tiene un automóvil comercial disponible, pero únicamente en unos pocos mercados. La idea es que para dentro de una década sean más de un millón de autos de varias marcas rodando en mercados de todo el mundo.
¿Cómo funciona?
Un vehículo movido por pila de hidrógeno funciona mediante la oxidación de este elemento químico para generar electricidad. Como remanente, se produce vapor de agua. Para hacer rodar el auto, este debe tener una o más unidades de potencia eléctrica alimentadas por baterías, que, a su vez, reciben la carga de la pila de combustible. El sistema lo complementa el tanque que almacena el hidrógeno.
Así las cosas, la pila extrae el hidrógeno del tanque y lo mezcla con oxígeno filtrado y comprimido. Es aquí donde se genera agua y electricidad. Esta última se traslada a la batería, donde se almacena para estar siempre disponible a los requerimientos del conductor.
Ventajas
Estos vehículos son considerados cero emisiones, por lo tanto, son ecológicos y viables por su sostenibilidad a futuro. Comparados con un vehículo eléctrico, tienen la ventaja de que su repostaje es sensiblemente menor en tiempo. Por lo que se obtiene una reducción en niveles de contaminación.
Además, el mantenimiento de su sistema mecánico es más económico que el de los motores térmicos.
Desventajas
Por ahora, el precio de venta de un auto movido por hidrógeno es muy alto. El mayor costo lo supone la pila y los tanques donde se almacena el gas. También, son pocas las hidrogeneras disponibles para el repostaje de estos vehículos y los modelos comerciales para escoger. Entre los más destacados están el Toyota Mirai, el Hyundai Nexo y el Honda Clarity.
Además su vida útil se tasa en un promedio de 15 años o unos 225.000 kilómetros recorridos. Al llegar a estas cifras se debe reemplazar la pila, a un costo aún no estimado.
Un combustible de cuidado
Los tanques de acumulación de hidrógeno son muy resistentes a impactos, fugas y desgastes, el hidrógeno es muy inflamable, por lo tanto, desde su logística debe tenerse un cuidado extremo. Eso sí, no explota con facilidad y es un gas que se eleva y se dispersa en el aire