Hay una gran diferencia entre llevar sus productos comestibles en una bolsa plástica, de papel o de almidón. Sí, todas le ofrecen el mismo servicio y es el de guardar sus compras, pero la plástica se demora entre 50 a 100 años en degradarse; la de papel entre 1 a 5 años y la de almidón (maíz, yuca o papa) al ponerse en contacto con la Tierra podría degradarse en un tiempo de 6 a 12 meses.
Ahí radica la diferencia de su elección y la de los supermercados que frecuenta. Los datos los entregó Alejandro Arango Correa, biotecnólogo y líder del grupo de investigación Ingeniar de la Corporación Universitaria Remington.
Según él, cada 10 años se incrementa más la producción y uso de plástico. La ONU entregó este 2022 datos sobre la contaminación por plástico que pasó de 2 millones de toneladas en la década de los 50 a más de 300 millones en estos últimos años.
“Y apenas el 10% de ese plástico se rehusa. El resto, que es el 90% queda en cualquier lugar: los parques, las quebradas, las calles”, dice Alejandro Arango.
Si bien el plástico se usa porque es un material resistente que soporta el peso de las compras y por la conservación de los productos, tanto los supermercados como las personas deben medir su uso.
“Las personas deben pensar más en qué es lo que realmente se empaca y cuántas bolsas de plástico utiliza al hacer las compras. Por ejemplo, un mal hábito es empacar en distintas bolsas los tomates, cebollas, aguacates. Es preferible usar una bolsa grande para empacar todas las verduras”.
Según la ONU, para 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción, uso y eliminación de plásticos, representarán el 15% de las emisiones permitidas para limitar el calentamiento global a 1,5° C.
¿Y esto por qué es importante? Si el calentamiento global llega solo a 1,5° C, se evitarán peores impactos climáticos, según la ONU. Pero esta puede aumentar y puede haber una pérdida de biodiversidad. Además, si la Tierra llegase a una temperatura de 2° C ya los daños serían irreversibles porque habría desaparición de especies de plantas, animales, insectos y la muerte de los arrecifes de coral. Gran parte de la vida está en riesgo.
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Otro escenario común es el de encontrar en los supermercados —principalmente hipermercados— frutas cortadas, sin cáscara en ocasiones y empacadas al vacío en un plástico para proteger el alimento.
Si bien es una práctica que todavía está vigente, ya hay emprendimientos y mercados más pequeños que buscan otras alternativas con sus acciones y que en el futuro se pueden implementar en los grandes supermercados.
Por ahora se está en una transición. No significa que haya buenas o malas acciones, hay que transformar los estilos de vida, la cultura y los hábitos de consumo y se va logrando de a poco, dice el biotecnólogo.
Nuevos métodos como este que va más por una economía circular, según la ONU, reduciría el volumen de plásticos que llegan a los océanos en más de un 80% para 2040, la producción de plástico virgen en un 55%, ahorrar a los gobiernos 70.000 millones de dólares para 2040, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% y crear 700.000 puestos de trabajo adicionales principalmente aquí, en los países del Sur como Colombia.
Otras maneras
Acciones más amigables con el ambiente las tienen algunos mercados alternativos y pequeños. Uno de ellos se llama Vida simple granel ubicado en el segundo Parque de Laureles. Es un negocio con tarros repletos de comida como granos de frijol, maní, nueces, harina, cereales y demás.
Allá la gente compra a granel: los clientes eligen la cantidad que quieren llevar, lo pesan, cobran y empacan en envases de vidrio propios de los consumidores y si no lleva, se lo entregan en una bolsa de papel porque demora menos tiempo en degradarse.
“Queremos reducir la generación del plástico, pero también pensamos en la gente que no quiere comprar grandes cantidades de comida y quiere llevar una cantidad específica de un ingrediente”, explica María Adelaida Jaramillo, encargada del local. En este negocio la gente compra lo justo, ni más, ni menos y no se genera desperdicio en bolsas plásticas.
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Pero no son un local “basura cero” porque lo que ellos encargan para el negocio lo reciben en plástico y lo que hacen es que los residuos se los entregan a un reciclador. “Así cerramos el círculo”, dice María Adelaida.
Sin embargo, por las propias exigencias del consumo, también venden productos empacados en plástico como panes, arepas, quesos, yogures. Es difícil ser un mercado con otros métodos de consumo si se vive en una sociedad que todavía no está lista para el cambio. Pero se hace de a poco.
No es tan fácil
Jaramillo hace la confesión de que tener un mercado a granel no es sencillo. Más fácil sería tener un supermercado con las dinámicas tradicionales que no son tan amigables con el ambiente, pero hacer la transformación es necesaria si se quiere combatir la crisis climática.
“En un mercado a granel puede haber plagas, porque los productos orgánicos no están empacados al vacío ni pueden ser fumigados, entonces se dañan fácilmente. Hay que estar pendiente de su fecha de vencimiento”.
Otra creencia es que son más baratos que los hipermercados y no. “La infraestructura y la atención al cliente es personalizada”.
En estas acciones más amigables hay otras alternativas. Según el biotecnólogo, además de bolsas de plástico o de papel están los bioplásticos que son bolsas de maíz, papa, yuca y no son derivados de plástico de petróleo. Incluso, menciona que en la cultura asiática se empaca con los residuos vegetales de los árboles, pero “para llegar hasta allá hay que cambiar la mentalidad de consumo”.
¿Y la transición?
Se preguntará si es posible que estos métodos los acoja un hipermercado. En realidad, los grandes supermercados ya usan la venta a granel, por ejemplo en la zona de verduras usted puede comprar lo que desee y empacarlo en bolsas. La invitación es que solo lo guarde en una grande de ser posible, siendo consciente del uso de los empaques.
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Por ahora no es tan sencillo erradicar el plástico, pero ya se están haciendo avances. En Colombia se aprobó la ley 274 que prohíbe la distribución de 14 plásticos de un solo uso como pitillos, bolsas de empaques, vasos y platos de plástico. Las medidas empezarán a regir entre el 2025 y 2026.
Es una transición que se va dando de a poco. Usted puede ir haciendo pequeñas elecciones como decidir hacer las compras del mercado en bolsa de tela, envases de vidrio o prefiere ir a sitios donde le entreguen sus productos en bolsas de papel, maíz, yuca o papa.
También la crisis climática afecta la lluvia
No deja de llover y esto se relaciona con el cambio climático. Hasta la fecha en Colombia han sido 90.000 familias y 665 municipios afectados y según datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) se han presentado 2.058 eventos por las lluvias que han causado la muerte de 184 personas, 255 heridos y 28 desaparecidos. La Organización Meteorológica Mundial informó que si sigue este fenómeno en el país, sería el primer episodio triple de La Niña en el siglo XXI.