Una de las variantes denominada “delta plus” es actualmente observada con detenimiento por la comunidad científica internacional. Si bien fue detectada por primera vez en Reino Unido en julio de este año, apenas comienza a representar un porcentaje significativo en ese país.
Particularmente la AY.4.2 (delta plus) representa el 6 % de los genomas de SARS-CoV-2 que han sido secuenciados de forma reciente en ese país de Europa. Además, ha sido identificada en otros 43 países según outbreak.info, portal que facilita la visualización de la información registrada en GISAID, la base de datos que recopila todas las secuencias del SARS-CoV-2 a nivel global.
La variante delta fue identificada por primera vez en la India en el segundo semestre de 2020, explica Uriel Alonso Hurtado, PhD en Biotecnología e investigador de la Corporación de Investigaciones Biológicas (CIB), “ha venido evolucionando a través de mutaciones en su genoma, lo cual genera nuevas versiones del virus o ‘sublinajes’, que son descendientes de la variante delta”. A estos nuevos sublinajes que han ido surgiendo se les tiende a llamar indistintamente “variante delta plus”, continúa, por ejemplo los AY.1 o (la ya mencionada) AY.4.2.
Así han sido identificados varios cambios en la variante delta original. En Colombia, por ejemplo, según información del Instituto Nacional de Salud, han sido identificadas variantes similares como la AY.20, AY.25 y AY.5. La AY.4.2, que está siendo vigilada a nivel global, no ha sido detectada aquí, su incidencia viene aumentando sobre todo en Europa y se han encontrado ya primeros casos en Perú.
Sus características
La variante delta original es una de las variantes de preocupación más transmisibles: si una persona infectada con el virus inicial (el que empezó la pandemia en Wuhan) podía contagiar a dos personas más, alguien infectado con delta puede contagiar a 4 o 5. En razón de esto pasó a ser la predominante en países como México, Rusia y España.
Ahora bien, aunque delta plus podría ser un poco más contagiosa que delta original, hasta la fecha no ha sido clasificada ni como variante de interés ni como variante de preocupación. De hecho, fue apenas este mes (octubre) que la agencia Public Health England empezó a considerarla como variante en investigación.
Jose A. Usme-Ciro, presidente interino de la Asociación Colombiana de Virología y docente titular de la Universidad Cooperativa de Colombia, ilustra que así como la variante delta, delta plus tiene cambios en la proteína Spike que se han relacionado con una mayor afinidad por el receptor celular que facilita la entrada del virus, por lo que se le atribuye una mayor transmisibilidad. Sin embargo, añade, “aún no se dispone de evidencia robusta sobre el papel de las mutaciones que la diferencian de la delta inicial”.
La buena noticia, continúa, es que los resultados del impacto de la variante delta sobre la efectividad de las vacunas disponibles han sido alentadores, “y se espera que lo sigan siendo con esta nueva derivación de delta”.
En realidad, hasta la fecha, no ha sido identificada una variante que pueda causar una enfermedad más severa o mortalidad inminente en personas vacunadas o con inmunidad natural (por haber tenido la infección). Ángel Muegues Sala, toxicólogo y epidemiólogo de la Fundación Universitaria del Área Andina, expresa que la mortalidad sigue siendo la misma, “no supera el 3 % de los casos diagnosticados, lo que sí puede presentarse es mayor transmisibilidad”, lo que por proporción también haría aumentar los fallecidos: entre más casos, más decesos. Además, recuerda Muegues: “Si se está vacunado el riesgo de morir disminuye ostensiblemente”.
¿Cuándo será preocupante?
Para que una variante sea clasificada de interés por la Organización Mundial de la Salud deben identificarse en ella cambios genéticos que evidencien un aumento en su transmisión, evasión del sistema inmune o aumento en la severidad de la enfermedad, y que se observe un aumento en la prevalencia, de manera que pueda convertirse en un riesgo para la salud pública.
Por otro lado, para que sea clasificada como variante de preocupación debe haber sido antes variante de interés y, a través de una evaluación comparativa, demostrar que afecta la salud pública: incremento de la virulencia, de su transmisibilidad, de la severidad de la enfermedad, evasión a las medidas sociales, fallo en las pruebas de diagnóstico, tratamientos o vacunas.
Hasta ahora ninguno de los sublinajes de delta han sido categorizados en estos dos grupos. Por ahora, cuenta Hurtado, los sublinajes AY.1 y AY.2 con mutaciones (K417N, L452R) en la proteína Spike posiblemente estarían asociados a una evasión o atenuación del sistema inmune humano, pero al igual que AY.4.2 no cumplen con los criterios antes descritos y continúan en fase de seguimiento e investigación.
“La dinámica de delta plus está siendo observada actualmente. En caso de que sea más transmisible, haya un escape de la inmunidad o mayor severidad podría pasar a ser clasificada”, complementa Andrea Ramírez, epidemióloga y docente de la Universidad de los Andes.
Delta original sigue representando en promedio el 30 – 40 % de los casos de covid a nivel mundial, señala Muegues, resaltando que “si los planes de vacunación no aumentan la velocidad, es posible que las nuevas variantes (incluyendo delta plus) pasen por debajo del umbral de los anticuerpos generados”.
¿Puede llegar a Colombia?
Sí. Los expertos coinciden en que si bien AY.4.2 no ha sido identificada en el país, podría ingresar. Una de las principales causas sería “la movilidad y la llegada de viajeros de zonas en las que ya se ha registrado”, señala Ramírez.
Así mismo, Usme agrega que “incluso en el momento de mayores restricciones a la movilidad internacional, en un periodo de tres meses ingresaron al país más de 15.000 personas, es la magnitud de la movilidad en un mundo globalizado”.
En ese sentido, hace énfasis en la importancia de que el país tenga actualmente 21 laboratorios dedicados a la secuenciación genética del virus, “el país se ha preparado y ha sido ejemplo en la región de las Américas y el Caribe, con ello se ha establecido un monitoreo de la presencia y frecuencia de variantes, y podremos saber en poco tiempo cuando una nueva variante del virus circule y tenga un comportamiento epidemiológico importante”.
Finalmente, Muegues reitera que Colombia aún no está cerca de la inmunidad de rebaño. Hasta el 24 de octubre, 20.586.698 personas habían completado su esquema de vacunación en el país, lo que representa un 58 % del total proyectado por el Ministerio de Salud. “Hablamos de que necesitamos un poco más de 30 millones de vacunados con dosis completas y todavía estamos lejos de esta cifra. Por eso no solo estamos cerca de presentar infecciones con nuevas variantes que vengan del exterior sino de seguir generando aquí mismo nuevas variantes”.
Vuelven los casos positivos
El país ha oscilado el último mes entre 1.000 y 1.600 casos nuevos cada día, superando los 1.700 el 21 de octubre. De acuerdo con Ramírez, en términos epidemiológicos, un posible aumento de casos sería “compatible con la dinámica cíclica de la pandemia. De hecho se espera que hasta que no esté todo el mundo vacunado o con inmunidad por infección natural, sigan apareciendo brotes”.
Así mismo, recuerda que se ha visto la necesidad de aplicar dosis de refuerzo por la caída de los anticuerpos, sobre todo en personas mayores o con enfermedades del sistema inmune. “Serían necesarias, pero por temas de distribución no están disponibles en todas partes”.
Para Muegues, el repunte de casos que se espera para noviembre puede ser preocupante en tanto que las variantes surgen cuando el virus se replica. “Si queremos evitar que las variantes comiencen a afectar nuevamente a la población, es necesario no solo vacunarse sino continuar con las medidas de distanciamiento físico, lavado de manos y uso del tapabocas. Las vacunas no pueden darnos una falsa sensación de seguridad”.
Finalmente, Ramírez agrega que si bien los aumentos son esperados, hay que vigilar las implicaciones que puedan tener a nivel de hospitalizaciones, ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos y mortalidad. “Eso hay que estar evaluándolo estrictamente”. A la fecha, en Antioquia, de 1.036 camas UCI disponibles, 889 están ocupadas con pacientes covid