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Sin ánimo de lucro: así funciona esta apuesta social por la salud
El desarrollo tecnológico, la investigación y el enfoque humano son claves en la evolución de las fundaciones.
En 1966 la Congregación Mariana fundó la Clínica Cardio Vid, una obra benéfica pensada para atender a pacientes con complicaciones cardiovasculares. Inició en un edificio de Robledo en donde prestaba servicios para esta especialidad. El propósito desde su nacimiento fue facilitarle a la ciudad un centro clínico que tuviera altos estándares de calidad y que acogiera a los más necesitados.
Bajo esa misma premisa, en 1991, un grupo de médicos concibieron la idea de construir un centro para la atención especializada de pacientes con cáncer, y así nació Clínica Vida, también una fundación sin ánimo de lucro dedicada a la población más vulnerable.
¿Cuál es el punto de encuentro de estas clínicas de Medellín? Que han dirigido su quehacer hacia la labor social. “La diferencia de una clínica que es fundación a una clínica con ánimo de lucro es que la primera entrega beneficio social a la comunidad sin ningún interés de réditos económicos, pues no existen socios”, afirma Carlos Alberto Lozano, director de Clínica Cardio Vid.
¿Cómo sostienen su operación?
De acuerdo con Francisco Javier Lozano Olaya, gerente general de Clínica Vida, “durante los 32 años de existencia hemos desarrollado una actividad económica desde nuestros propios recursos. Nos financiamos con los resultados que genera la prestación de los servicios de salud”.
Cardio Vid, por ejemplo, opera con la venta de servicios a diferentes aseguradoras, como hospitalización, cirugía y apoyo diagnóstico en las especialidades cardiovascular, neurovascular y neumología. Y es que dentro del marco legal que cobija a estas instituciones hay un requisito fundamental: “que los excedentes que se generen se reinviertan en la operación del mismo establecimiento”, dice Lozano.
Entonces, las entidades invierten en equipos de alta tecnología, en recurso humano y en investigación. En ese sentido, Cardio Vid impulsa Programas Especiales en falla cardíaca, laboratorio de válvulas, trasplante cardíaco y pulmonar, entre otros, con el fin de brindar diagnóstico, tratamiento y seguimiento a los pacientes con esas patologías.
Enfoque humano
El propósito de estas instituciones se direcciona hacia el bienestar integral de los pacientes. Así, una línea de trabajo que caracteriza a las clínicas sin ánimo de lucro es su vinculación con la educación.
De acuerdo con el doctor Antonio José Lopera, director del Hospital Pablo Tobón Uribe, su misión es cuidar la vida con excelencia y compasión, y asimismo transmitir conocimiento. “Por esto, como Hospital Universitario contribuimos a la formación de profesionales y técnicos en salud”. El aporte lo hacen desde el Instituto de Educación Pablo Tobón Uribe, que desde el 2006 apoya la formación de técnicos laborales en Auxiliar en Enfermería.
Los programas y ayudas que favorecen tanto a los pacientes como a sus familias también son clave en el modelo de estas instituciones. Por ejemplo, el área de trabajo social de Cardio Vid identifica personas con niveles importantes de pobreza y activan mecanismos para que su estadía en la clínica se desarrolle de manera tranquila. “Cuando una persona llega a nuestra clínica procuramos que sea atendida en la menor brevedad y según sus necesidades de triaje. En el proceso final resolvemos quién cancelará la cuenta”, asegura Lozano. Además, ejecutan actividades lúdicas para niños y adultos mayores, y en algunos momentos han permitido el acceso de mascotas para ayudarlos con su recuperación y aligerar la desazón de la enfermedad. “Todos los días una enfermera de atención al usuario invita a los pacientes a a realizar actividades recreativas”, puntualiza Lozano.
Algo parecido tiene presente Clínica Vida, para quienes su prioridad es otorgar atención de alta complejidad oncológica. “Nosotros invertimos todos nuestros recursos en ello”, dice el gerente general. Esta entidad cuenta con cinco sedes ubicadas en distintos lugares de la ciudad que proporcionan el fácil acceso a pacientes de zonas alejadas.
Los desafíos
Al no recibir dinero de ninguna entidad, las clínicas sin ánimo de lucro también transitan dificultades. “Los costos de medicamentos, insumos y tecnología han incrementado, y los ingresos no son equiparables. Además, después de la pandemia las patologías se volvieron crónicas y la demanda de pacientes ha sido muy alta”, sostiene Carlos Alberto Lozano, de Clínica Cardio Vid.
En ese sentido, cabe preguntarse si la propuesta de reforma a la salud que adelanta el nuevo gobierno puede intervenir en algunas de esas necesidades. Para Lozano “sí se necesitan cambios, pero no una reforma estructural” y según Francisco Javier Lozano Olaya de Clínica Vida “puede tener puntos importantes en el acceso a la salud en alta complejidad, pero también supone retos notables. Debemos interpretar bien la reforma y estamos en ese camino de dar mejores soluciones a la población rural y dispersa de nuestro departamento”.
Por su parte, Antonio José Lopera, gerente del Hospital Pablo Tobón Uribe, explica que en los 53 años de funcionamiento del hospital se han adaptado a diferentes reformas al sistema de salud. “La actual reforma no será la última y nos adaptaremos enfocados en nuestro propósito: prestar servicios de salud a toda la población y contribuir a un mundo mejor”.
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